El peronismo apura sus últimas jugadas en el Congreso antes del cambio de fuerzas y busca aprobar la ley de DNU

El peronismo apura sus últimas jugadas en el Congreso antes del cambio de fuerzas y busca aprobar la ley de DNU

El mayor temor es la sanción de la reforma que modifica la legislación para los decretos de necesidad y urgencia José Mayans trabaja en juntar los votos para darle la sanción definitiva el próximo jueves 20. En Diputados, en cambio, Germán Martínez está analizando sesionar para aprobar una ley de PyMes y del ENARD.

En la Cámara de Diputados, Martín Menen trabaja para seguir engrosando las filas libertarias, aspirando PRO y radicales sueltos, con la expectativa de llegar fuerte al inicio de sesiones extraordinarias. En el Senado, a unos metros, Patricia Bullrich le lava la cara al bloque libertario y retoma el diálogo con los ex aliados. La hiperactividad oficialista presagia tiempos duros para la oposición, que ya comenzó a rearmar su estrategia defensiva pero fantasea con un último golpe: una última sesión antes de que cambie la relación de fuerzas y tengan que pasar a modo resistencia. 

Será la gira de despedida antes del recambio legislativo del 10 de diciembre. El peronismo, que viene luchando para sostener la unidad de sus bloques tras la derrota, trabaja en reordenarse lo suficiente como para ofrecer una última muestra de fortaleza política. En el Senado, José Mayans busca sesionar el jueves 20 y sancionar, finalmente, la reforma de la ley de DNU. No está solo: en Diputados, Germán Martínez busca hacer lo mismo un día antes, aunque con un temario que responde más a las demandas del propio electorado peronista.

Patricia Bullrich se reúne con los senadores electos de LLA

Ambos buscan lo mismo, sin embargo. Aprovechar, mientras pueden, la relación de fuerzas del viejo Congreso. Aprovechar a los diputados y senadores que se van y no tienen nada que perder, y forzar al Gobierno a tener que negociar en un contexto que se siente empoderado y listo para sancionar todas las nuevas leyes refundacionales de la segunda etapa de su gobierno: el Presupuesto, la reforma laboral, la reforma tributaria y la reforma del Código Penal. 

Senado: la pelea por la ley de DNU

Es el mayor dolor de cabeza del Gobierno por estos días. José Mayans viene trabajando, desde la semana pasada, en juntar los votos para darle la sanción final a la reforma de la ley que regula los DNU. La sanción se había dilatado, hace un mes, como resultado de una maniobra del Gobierno con radicales y lilitos aliados, que le introdujeron modificaciones a último momento y evitaron, así, una sanción opositora en la previa de las elecciones. El Gobierno ganó tiempo, pero ahora Mayans pretende volver a la carga antes de que cambie la composición del Senado. 

El objetivo del titular de la bancada peronista es sesionar el próximo miércoles 19 o jueves 20. Ya se lo hizo saber a sus compañeros de bloque y viene conversando, tentativamente, con algunas espadas radicales para juntar el número. No es fácil, sin embargo.

El jefe de la bancada peronista, José Mayans

Por un lado, los radicales y PRO que podrían ayudar al peronismo a avanzar con la reforma desconfían de Mayans. El motivo es la decisión intempestiva de Unión por la Patria de firmar, la semana pasada, un dictamen en disidencia que precisaba que prefería la media sanción de Diputados que la media sanción que había salido, con los votos peronistas, en el Senado. 

La media sanción original, que fue la del Senado, propone dos cambios: establece un plazo mínimo de 90 días para tratar los DNU en el Congreso –hoy se da, de hecho, una sanción tácita, ya que la mayoría de los DNU nunca se tratan– y exige que las dos cámaras lo aprueben. La Cámara de Diputados, en cambio, decidió voltear el artículo 3, que establecía el plazo de 90 días, y dejó la bicameralidad. 

La decisión del peronismo de acompañar la media sanción de Diputados generó suspicacias en el radicalismo y el PRO. Aunque, en los últimos días, Mayans estuvo intentando convencer a varios senadores de su estrategia: el formoseño argumenta, puertas adentro, que la mejor estrategia para enfrentar un futuro veto de Javier Milei es ofrecer una estrategia unificada con la Cámara de Diputados

Anabel Fernández Sagasti conversa con Guadalupe Tagliaferri y Martín Lousteau

Existe una discusión constitucional respecto a si el Presidente podría vetar la ley, ya que regula un artículo de la Constitución, y en el peronismo sostienen que su guerra con el Ejecutivo tendrá más fuerza si se unifican posturas. Sostienen, además, una regla matemática, bilardista. “Si el Ejecutivo lo veta, ¿de qué manera es más fácil conseguir los dos tercios para insistir? ¿Con el proyecto que ya rechazó Diputados o con el que modificó?”, razona un senador camporista.

La ley, de sancionarse, le quitaría a Milei –y a cualquier futuro presidente– la facultad de emitir DNU a mansalva sin control del Congreso. Es por este motivo que el Gobierno está en estado de alerta, y buscará hacer lo posible para boicotear la sesión. Y el objetivo principal, para lograrlo, son los gobernadores peronistas, muchos de los cuales coquetean con abandonar el interbloque partidario para formar una bancada más amplia con referentes provinciales de otros espacios. 

Son ellos, más que los radicales, a los que Mayans tendrá que convencer para poder sesionar. 

Diputados: la última batalla

En la Cámara de Diputados el escenario es más incierto. El objetivo del bloque peronista es avanzar con una última sesión opositora que incluya todos los temas que habían sido emplazados en el último mes, como un proyecto de promoción de Pymes, otro que modifica la administración de los recursos del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD) y otro que plantea modificar la estructura orgánica de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS). 

El objetivo es reivindicar la agenda que coincide con nuestro electorado. Aunque no hay mucha expectativa de conseguir quórum”, reconoció un diputado de UxP. 

Germán Martinez junto a Diego Santilli, Cristian Ritondo, Oscar Zago y Silvana Giudici en la última sesión opositora

El problema es que el clima imperante en la Cámara de Diputados no es muy favorecedor para la oposición desde las elecciones del 26 de octubre. Los gobernadores prefieren negociar el Presupuesto 2026 con el Gobierno que jugar a presionarlo en la Cámara de Diputados, lo que siembra dudas respecto a la posibilidad de conseguir quórum. “Están todos jugando a las escondidas, les escribís y no responden”, admitió un diputado opositor, que comenzó a dialogar con el peronismo sobre la posibilidad de ampliar la convocatoria.

El objetivo de asestarle un golpe al Gobierno, de momento, es compartido solo por algunos peronistas y pichettistas. Falta convencer, aún, a los radicales díscolos, los lilitos de Democracia Para Siempre y algunos gobernadores aliados, como Martín Llaryora, para que quieran sumarse a la estrategia opositora. Todo mientras, en paralelo, muchos de ellos se juntan con dirigentes libertarios para conversar sobre la nueva era del Congreso a partir de diciembre.

MCM/MG