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El cierre del año es una de las épocas más elegidas para hacer una pausa, cambiar de aire y despedir el calendario en contacto con la naturaleza. En Argentina, la diversidad geográfica permite planificar Escapadas breves o viajes más largos hacia destinos con paisajes únicos.
Desde pueblos serranos y playas tranquilas hasta rutas escénicas, lagos patagónicos y rincones rurales con identidad propia, el país ofrece opciones para todos los gustos. La tendencia apunta a lugares que invitan a desconectar, disfrutar del entorno y empezar el nuevo ciclo con una experiencia distinta.
CUÁLES SON LAS MEJORES ESCAPADAS PARA DESPEDIR EL AÑO EN ARGENTINA
COSTA BONAERENSE
La Costa Atlántica Norte se posiciona como una de las grandes elegidas para despedir el año, con destinos como Pinamar Norte, Mar de las Pampas y Costa Esmeralda registrando un marcado crecimiento en las reservas.
Su principal atractivo está en las playas extensas, los médanos elevados y una estética natural y despojada, ideal para quienes buscan un Año Nuevo más tranquilo, con el mar como escenario principal y lejos de las celebraciones masivas.
CÓRDOBA
Las sierras de Córdoba también viven un momento de auge. Localidades como el Valle de Calamuchita, Mina Clavero y Villa General Belgrano combinan paisajes serranos, atardeceres amplios y un clima ideal para celebraciones al aire libre.
Cabañas y hosterías adaptaron sus espacios con terrazas, decks y fogones panorámicos, ofreciendo experiencias íntimas en contacto directo con la naturaleza.
SAN LUIS
San Luis se consolida como una de las sorpresas del verano con su propuesta de “turismo de cielo abierto”. La baja contaminación lumínica de sus valles y lagos permite recibir el Año Nuevo bajo un cielo estrellado, especialmente en destinos como Merlo, Potrero de los Funes y el corredor serrano central, elegidos por quienes priorizan celebraciones contemplativas y silenciosas.
SAN MARTÍN DE LOS ANDES
En la Patagonia, San Martín de los Andes vuelve a destacarse como uno de los escenarios más buscados. El Lago Lácar, los bosques y la cordillera crean una postal única para el cierre del año, con excursiones especiales, miradores naturales y una atmósfera de calma que refuerza su atractivo.
Esta tendencia refleja un cambio de hábitos: hoy se priorizan las vistas, la experiencia y la conexión emocional con el entorno por sobre el lujo tradicional.