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Mick Jagger es sinónimo de energía, movimiento y vigencia sobre el escenario. A lo largo de las décadas, el líder de los Rolling Stones desafió el paso del tiempo con presentaciones explosivas que lo mantienen como una de las figuras más activas del rock mundial. Su estado físico, lejos de pasar desapercibido, vuelve a generar asombro entre fanáticos y especialistas.
En un rubro donde las giras exigen resistencia, coordinación y constancia, el cuidado corporal se vuelve clave. En ese camino, Jagger captó la atención por una transformación que resalta su vínculo con la actividad física y un estilo de vida disciplinado, adaptado a la intensidad de sus shows y a los años de carrera acumulados.
CÓMO FUE LA INCREÍBLE TRANSFORMACIÓN DE MICK JAGGER
Mick Jagger mantiene una rutina casi diaria de ejercicio, en la que combina múltiples disciplinas deportivas, una alimentación comparable a la de un atleta profesional y prácticas de meditación. Si bien su genética juega un papel importante, el cantante asegura que su verdadero secreto es la autodisciplina aplicada tanto al cuidado físico como al mental.
Desde hace años entrena con el preparador noruego Torje Eike, quien diseñó un plan variado para evitar la monotonía y potenciar distintos aspectos del cuerpo. Natación, kickboxing, ciclismo, ballet, yoga y pilates forman parte de su esquema habitual, enfocado en resistencia, equilibrio y movilidad.
A pesar de entrenar hasta seis veces por semana, Jagger evita llevar su cuerpo al límite. Prioriza la regularidad por sobre el esfuerzo extremo y sostiene que entrenar sin excederse le permite mantenerse fuerte, ágil y con energía sostenida a lo largo del tiempo.