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Revisar el celular antes de dormir se convirtió en un hábito cotidiano para millones de personas, al punto de integrarse casi de manera automática a la rutina nocturna. Sin embargo, lo que parece un gesto inofensivo está siendo cada vez más analizado desde distintas ramas de la psicología por su impacto en la salud de la mente y el comportamiento.
Especialistas señalan que esta conducta no responde únicamente al entretenimiento o a la necesidad de información, sino que puede estar relacionada con procesos emocionales, cognitivos y sociales más profundos. El momento previo al descanso, lejos de ser neutro, es especialmente sensible para el cerebro.
QUÉ SIGNIFICA REVISAR EL CELULAR ANTES DE DORMIR SEGÚN LA PSICOLOGÍA
Especialistas en psicología señalan que mirar el celular antes de dormir no es simplemente una costumbre automática, sino una conducta que puede esconder inquietudes emocionales y afectar directamente la forma en que descansamos.
Ángel Luis Guillén, director de la Clínica Psicopartner, advierte que se trata de un hábito muy extendido que, desde la mirada psicológica, dista de ser inocente. A esto se suma el impacto fisiológico: la luz de las pantallas inhibe la producción de melatonina, la hormona encargada de regular el sueño, lo que puede retrasar su inicio y deteriorar su calidad. En la práctica, revisar mensajes o redes sociales antes de acostarse mantiene al cerebro en un estado de alerta incompatible con el descanso.
Por su parte, Beatriz Romero, fundadora de Consulta Despertares, interpreta este comportamiento como una forma de evitar el silencio y la introspección. Según explica, cuando desaparecen los estímulos externos, suelen emerger preocupaciones que muchas personas intentan silenciar recurriendo al uso del teléfono. En ese sentido, el móvil funciona como un mecanismo de evasión que ofrece gratificación inmediata a través de notificaciones y del desplazamiento constante en pantalla.
Guillén coincide y agrega que este gesto refleja, en muchos casos, la necesidad de mantenerse conectado o aliviar la ansiedad acumulada durante el día.
Frente a este escenario, los especialistas recomiendan adoptar medidas concretas para mejorar el descanso. Entre ellas se destacan reducir el uso de pantallas entre 30 y 60 minutos antes de dormir, optar por la lectura en papel, practicar ejercicios de respiración o realizar estiramientos suaves. También sugieren crear una zona libre de tecnología en la habitación y utilizar el modo avión durante la noche como estrategias simples para favorecer un sueño más reparador.