Es futbolista, se nacionalizó para un país asiático y terminó siendo un príncipe: la increíble historia de Jordi Amat

Es futbolista, se nacionalizó para un país asiático y terminó siendo un príncipe: la increíble historia de Jordi Amat
El fútbol está lleno de giros inesperados y relatos de toda clase. Promesas enormes que nunca logran afirmarse en la cima y futbolistas sin gran cartel que terminan destacándose en equipos importantes.

Sin embargo, el caso que se aborda acá roza lo insólito: un jugador nacido en Cataluña que adoptó la nacionalidad indonesia y hoy representa a ese país asiático gracias a sus vínculos familiares.

CUÁL ES LA INCREÍBLE HISTORIA DEL FUTBOLISTA JORDI AMAT

Nacido en Canet de Mar el 21 de marzo de 1992, Amat inició su camino como tantos otros: dio sus primeros pasos en el club de su ciudad y, con apenas 17 años, fue incorporado por el RCD Espanyol. Allí completó su formación y logró asentarse en el primer equipo, lo que le abrió las puertas al fútbol inglés cuando el Swansea City apostó por él en 2013 a cambio de 2,9 millones de euros.

Su etapa en la Premier League estuvo marcada por la irregularidad. Durante cuatro temporadas —una de ellas cedido al Real Betis— las lesiones limitaron su continuidad y, en 2018, decidió cerrar su ciclo en Inglaterra. Regresó a España para vestir la camiseta del Rayo Vallecano, club que ya conocía, aunque solo permaneció un año antes de marcharse a préstamo al KAS Eupen de Bélgica, institución que finalmente adquirió sus derechos.

El verdadero punto de inflexión llegó en 2022. Ese año dejó el fútbol belga para sumarse al Johor DT de Malasia y, en paralelo, obtuvo la nacionalidad indonesia por su ascendencia familiar. Poco después debutó con la selección de Indonesia como titular en un amistoso ante Camboya, disputado en la antesala de la Navidad.

Sin embargo, lo más llamativo no ocurrió dentro del campo. En enero de 2023 fue nombrado rajá —una figura equivalente a príncipe— de la isla de Siau, parte del archipiélago de Sangir, con una población cercana a los 22.000 habitantes. El título tiene raíces familiares: su tatarabuelo había ocupado ese lugar y su abuela era princesa, por lo que él era el heredero natural. El propio Amat contó que de niño escuchaba esa historia como si fuera un relato fantástico, sin imaginar que se haría realidad.

Hoy combina ambas facetas. En el plano deportivo, continúa activo: recientemente se incorporó al Persija de la Super League indonesia y suma una decena larga de partidos, con mínima ausencia por sanción. En el seleccionado nacional ya acumula 19 presentaciones. En lo institucional, su rol como rajá es mayormente simbólico y cultural, ya que con el paso del tiempo esas funciones se redujeron a una representación local y folclórica.

Así, entre entrenamientos, partidos y compromisos protocolares, Jordi Amat encarna uno de los casos más singulares del fútbol moderno: un defensor catalán que representa a Indonesia y, al mismo tiempo, porta un título principesco que conecta pasado, identidad y presente.