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Los presidentes participan de la reunión semestral. El cruce entre los mandatarios de Brasil y Argentina, la postura regional frente a una eventual acción militar de Donald Trump en el Caribe y el nuevo aplazamiento del acuerdo con la Unión Europea dominaron la agenda del encuentro.
La tensión entre Luiz Inácio Lula da Silva y Javier Milei, la respuesta ante una posible intervención militar de Estados Unidos en Venezuela y la definición de una nueva estrategia tras el aplazamiento de la firma del acuerdo con la Unión Europea (UE) marcan la agenda de la cumbre de presidentes de los países del Mercosur, que este sábado se desarrolla en la ciudad brasileña de Foz de Iguazú.
Hasta allí llegaron el mandatario argentino junto con el presidente anfitrión, Lula da Silva, y sus pares regionales: Santiago Peña, de Paraguay, y Yamandú Orsi, de Uruguay.
“Cuatro décadas después de la Guerra de las Malvinas, el continente vuelve a ser amenazado por la presencia militar de una potencia”, dijo este sábado el presidente de Brasil al referirse al despliegue militar que Estados Unidosestá realizando en el Caribe frente a las costas de Venezuela. Remarcó además que una intervención como la que amenaza Donald Trump “sería una catástrofe humanitaria”.
Fue durante el arranque de la cumbre de presidentes. Horas más tarde, cuando le llegó su turno, Javier Milei respondió: “La Argentina saluda la presión de los Estados Unidos y Donald Trump para liberar al pueblo venezolano. El tiempo de tener un acercamiento tímido en esta materia se ha agotado. Instamos además a todos los demás integrantes del bloque a secundar esta posición y condenar tajantemente a este experimento autoritario”.
Así, el presidente argentino reiteró su apoyo al gran despliegue naval realizado desde septiembre pasado por Estados Unidos en aguas del Caribe y al anuncio realizado por Washington de que bloqueará la exportación de petróleo venezolano.
Pero Milei fue por más y acusó a Maduro de “narcoterrista”. “La dictadura atroz e inhumana del narcoterrorista Nicolás Maduro extiende una sombra oscura sobre nuestra región. Este peligro y esta vergüenza no pueden seguir existiendo en el continente o nos terminará arrastrando a todos consigo”, dijo, y pidió el apoyo del resto del bloque: “Instamos además a todos los demás integrantes del bloque a secundar esta posición y condenar tajantemente a este experimento autoritario”.
Las palabras de Milei van a contramano de lo que poco antes habia dicho Lula Da Silva, quien busca actuar como mediador entre Trump y el mandatario venezolano Nicolás Maduro: “Las verdaderas amenazas a nuestra soberanía son de otra naturaleza. Son las guerras, las fuerzas antidemocráticas y el crimen organizado”.
Lula contó con el apoyo del uruguayo Orsi quien reclamó la “restauración del orden institucional y democrático en Venezuela”, pero alertó sobre la necesidad de resguardar “la integridad territorial de los Estados”.
Las declaraciones de Lula llegaron luego de que Brasil se negara a aprobar una resolución ministerial, impulsada por Argentina y Paraguay, para condenar las violaciones a los derechos humanos en Venezuela.
Lula, además, sumó otro punto de fricción con su par argentino. Adelantó que pedirá a Paraguay —que asumirá la presidencia pro tempore del Mercosur— que impulse la creación de un pacto contra el femicidio y la violencia de género, tras subrayar que América Latina es la región más letal del mundo para las mujeres. Citó datos de la Cepal, según los cuales en la región se registran once femicidios diarios.
Milei y Lula se cruzaron durante la tradicional “foto de familia”, con las Cataratas del Iguazú como telón de fondo. Según reconstruyó Noticias Argentinas, el saludo entre ambos mandatarios fue frío, una situación que quedó reflejada en la transmisión oficial.
Durante su participación en la reunión de presidentes, Milei, pidió también que el bloque regional disminuya el arancel exterior común, que sea “flexible” y permita negociaciones de sus miembros de forma individual. El presidente argentino sostuvo que los aranceles externos del Mercosur “están entre los más altos del mundo” y por ello, no protegen el empleo, sino que “lo destruyen”.
“La región necesita un arancel moderno, simple, competitivo y alineado con las prácticas de los bloques dinámicos del siglo XXI. De lo contrario, seguiremos condenados a crecer por debajo del mundo”, dijo.
El jueves, el Consejo Europeo anunció que no contaba con el apoyo necesario para aprobar la firma del acuerdo con el Mercosur, prevista para este sábado, y propuso posponerla para el 12 de enero en Paraguay. El viernes, los cancilleres del bloque sudamericano admitieron su “desilusión” por el nuevo aplazamiento, aunque señalaron que esperan que la UE supere sus divergencias internas.
“La postergación del acuerdo debe ser una oportunidad para que el Mercosur reflexione sobre sus prioridades en materia de relacionamiento externo y avance hacia esquemas de bilateralidad más ágiles”, afirmó el canciller argentino, Pablo Quirno.
El propio Lula había advertido en la reunión previa de ministros de Exteriores que el Mercosur abandonaría el acuerdo si no se firmaba el sábado, pero finalmente los países del bloque optaron por mantener la expectativa de una definición europea.
En paralelo, los gobiernos decidieron dar prioridad a nuevos socios comerciales, como Emiratos Árabes Unidos y Canadá, según adelantó el ministro de Exteriores de Paraguay, Rubén Ramírez Lezcano.
Además, el Mercosur busca avanzar en negociaciones con Japón y el Reino Unido, y profundizar vínculos con países asiáticos como Vietnam, Indonesia y Malasia.
Con información de EFE Y Noticias Argentinas