No más lesiones definitivas: esta cirugía para un basebolista profesional cambió el deporte para siempre

No más lesiones definitivas: esta cirugía para un basebolista profesional cambió el deporte para siempre
Hasta hace décadas, el diagnóstico de un desgarro del ligamento colateral cubital (LCC) equivalía a una retirada obligatoria, siendo una silenciosa condena con un final previsible. Para un pitcher de baseball, esto implicaba el abandono de una trayectoria profesional edificada con precisión extrema y miles de lanzamientos.

Sin embargo, la osadía de un cirujano y la vivencia de un deportista revolucionaron la historia de la medicina aplicada al deporte en el año 1974.

CÓMO FUE EL TRATAMIENTO DE LA LESIÓN EN EL BASEBALL QUE CAMBIÓ EL DEPORTE PARA SIEMPRE

Cuando Tommy John, el lanzador estrella de los Dodgers de Los Ángeles, estaba en su mejor momento, padeció una lesión que parecía definitiva. El pronóstico era inapelable, según fuentes como la Cleveland Clinic y la página de la MLB: su ligamento colateral cubital estaba destruido y lo obligaba a retirarse del montículo.

Sin embargo, John acudió a Frank Jobe, un cirujano dispuesto a desafiar las convenciones. Su propuesta era inédita: emplear un tendón sano, tomado del brazo o la pierna del jugador, para reconstruir el tejido dañado.

Carente de certidumbre, respaldo científico o antecedentes, el 27 de septiembre de 1974, Jobe efectuó en Los Ángeles la operación que marcaría un punto de inflexión en la historia deportiva, tal como lo documentó The New York Times.

Lo cierto es que John volvió al béisbol tras meses de recuperación, extendiendo su carrera por 14 temporadas adicionales y acumulando 164 triunfos. Su hazaña, contada al principio como una excepción, sentaría las bases de un tratamiento innovador.

El retorno de John tuvo gran repercusión en el ámbito profesional. La recuperación de su trayectoria despertó el interés de médicos y atletas que, hasta entonces, consideraban la afección del LCC como una sentencia final, según The Washington Post. La nueva intervención, bautizada por sus colegas como “cirugía Tommy John”, comenzó a replicarse en un entorno escéptico, aunque urgido de soluciones sin precedentes.

Durante la década de los ochenta, el procedimiento experimentó mejoras. Los avances permitieron reducir los riesgos, proteger el nervio cubital y disminuir las secuelas. Simultáneamente, doctores como Jobe compartieron su experiencia con equipos médicos de franquicias de alto nivel y colegas.

Rápidamente, lo que empezó como un ensayo se convirtió en práctica habitual: decenas de lanzadores profesionales optaron por la operación para retornar a los diamantes, transformando para siempre las expectativas de longevidad atlética y recuperación.

Ya en el siglo XXI, la operación Tommy John reconfiguró el panorama del béisbol. Los equipos profesionales modificaron su planificación y gestión al saber que una lesión en el LCC ya no significaba el final de una carrera, sino un episodio intermedio. La evolución médica hizo posible el regreso de figuras destacadas, como Justin Verlander, quien ganó el Cy Young tras la cirugía, y Shohei Ohtani, que firmó el contrato más elevado en la historia del deporte después de su segunda intervención, de acuerdo con The Wall Street Journal y el sitio web de la MLB.

Esta nueva realidad afectó la economía del béisbol. The Guardian resalta cómo la intervención modificó el cálculo financiero de las franquicias, ya que invertir en un lanzador lesionado dejó de ser un riesgo total. De acuerdo con Neal ElAttrache y Tim Kremchek, consultados por The New York Times, ningún otro procedimiento ha salvado o prolongado tantas trayectorias en el alto rendimiento.

El procedimiento, que se ha simplificado a una intervención de 60 a 90 minutos, seguida de una rehabilitación de hasta 18 meses, alcanza una tasa de éxito que oscila entre el 80% y el 95%. No obstante, The New York Times y MLB.com alertan sobre riesgos aún presentes: daño nervioso, infección y, en numerosos casos, la imposibilidad de recuperar el nivel previo a la lesión.

La cirugía Tommy John, que alguna vez fue un milagro celebrado, es hoy una práctica habitual. La ciencia médica demostró que es factible revisar el desenlace, pero la prisa por alcanzar la élite y el aumento del rendimiento en jugadores jóvenes inauguran un nuevo escenario, más intrincado, donde la recuperación física no siempre coincide con la prudencia y el bienestar integral.