Para descansar y disfrutar de la comida: cuál es la escapada perfecta de Buenos Aires

Para descansar y disfrutar de la comida: cuál es la escapada perfecta de Buenos Aires
Las Escapadas de la rutina porteña se volvió una tendencia entre quienes buscan relajarse sin alejarse demasiado. Buenos Aires ofrece múltiples rincones que combinan naturaleza, gastronomía y hospitalidad, ideales para disfrutar de unos días tranquilos sin recorrer largas distancias.

Cada vez más viajeros priorizan destinos donde el descanso y el buen comer se entrelazan en una experiencia completa. Este lugar logra reunir ambas cosas, con paisajes que invitan a desconectarse y una oferta culinaria que pone en valor los productos regionales y las tradiciones del campo.

CÓMO ES LA ESCAPADA QUE COMBINA TRANQUILIDAD Y GASTRONOMÍA EN LUJÁN

A menos de dos horas de la Ciudad de Buenos Aires, en el tranquilo partido de Luján, se encuentra Cortínez, un pequeño pueblo bonaerense que conserva la calma y el encanto del pasado.

Con alrededor de 1500 habitantes, este rincón rural es una opción ideal para quienes buscan una escapada relajada entre el verde y el silencio. Nacido al ritmo del ferrocarril, como tantos pueblos del interior argentino, Cortínez mantiene viva la esencia de otra época: calles de tierra bordeadas de árboles, casas antiguas con rejas ornamentales y el sonido del tren que todavía atraviesa el paisaje.

El boulevard central es el alma del pueblo. Ancho, arbolado y bordeado por casonas históricas de fachadas coloridas, invita a recorrerlo sin apuro, disfrutando de una atmósfera apacible que parece inmune al paso del tiempo. Sin grandes atractivos turísticos ni estructuras modernas, su valor reside en la autenticidad y el sosiego que ofrece.

Uno de los principales motivos para visitar Cortínez es su gastronomía tradicional. En pleno centro, el restaurante Don Obaika se ha convertido en una parada imperdible para los visitantes. Con su estilo rústico, vajilla antigua y ambiente acogedor, ofrece un menú fijo con platos caseros que evocan las fondas bonaerenses de antaño. Desde una picada inicial hasta postres clásicos, la experiencia se completa con la posibilidad de repetir los platos.

Entre almuerzos al aire libre y caminatas al atardecer, Cortínez se presenta como un refugio perfecto para disfrutar del descanso y del sabor de lo simple.