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A simple vista parece un rincón londinense perdido en el mapa, pero está en pleno sur del conurbano bonaerense. Este sitio se convirtió en una de las Escapadas predilectas para quienes buscan historia, arquitectura y tranquilidad sin alejarse demasiado de la Ciudad de Buenos Aires.
Sus calles arboladas, sus casonas centenarias y su estética de inspiración británica lo transforman en un paseo ideal para una tarde distinta. Además de su encanto visual, el barrio ofrece una experiencia cultural que combina patrimonio, historia ferroviaria y gastronomía. Cafés, casas de té y pequeños locales acompañan el recorrido, mientras que los alrededores permiten extender la visita hacia espacios verdes de la zona sur.
CÓMO ES LA ESCAPADA UN DESTINO DE BUENOS AIRES QUE TE HACE PENSAR QUE ESTÁS EN LONDRES
El Barrio Inglés de Temperley surgió con la expansión del ferrocarril y rápidamente se convirtió en un punto de referencia para comunidades inglesas, escocesas, irlandesas y galesas que comenzaron a asentarse allí desde 1826. Ingenieros, empleados y trabajadores levantaron chalets y casas de descanso con un estilo marcadamente británico.
A partir de 1865 las inversiones vinculadas al tren potenciaron su desarrollo y le dieron una identidad propia: un entorno repleto de árboles, instituciones educativas, templos y clubes. En calles como Meeks, Liniers o Tomás Guido aún se conservan las mismas palmeras, jacarandás y araucarias centenarias.
El barrio también albergó a familias influyentes como los Cook, Gibson, Anderson y Brown, además de figuras ligadas al ferrocarril como el arquitecto James Smith o el ingeniero Douglas Purdon. Entre las residencias más icónicas se destacan Villa Grampa, construida en 1910, y la casa del Teniente General Pablo Riccheri.
Además, el expresidente Nicolás Avellaneda vivió allí desde 1877, en una quinta adquirida a Jorge Temperley, una de las propiedades más importantes de la zona por entonces.
Hoy, con su arquitectura centenaria, sus templos emblemáticos (como la iglesia Presbiteriana San Andrés y Nuestra Señora de la Piedad) y sus calles adoquinadas, el Barrio Inglés conserva un aire histórico que lo convierte en uno de los lugares más encantadores del sur del Conurbano.