Pippin, de El señor de los anillos: así fue la impresionante transformación de Billy Boyd

Pippin, de El señor de los anillos: así fue la impresionante transformación de Billy Boyd
Billy Boyd quedó grabado en la memoria de millones de espectadores por su entrañable interpretación de Peregrin “Pippin” Tuk, uno de los hobbits más carismáticos de El Señor de los Anillos. Sin embargo, más de dos décadas después del estreno de la saga, el actor escocés atraviesa una transformación que sorprende.

Desde el final de la trilogía, Boyd se mantuvo activo en el mundo del espectáculo, explorando nuevos personajes, formatos y facetas creativas. La transformación de Billy Boyd refleja el paso del tiempo, pero también una decisión consciente de reinventarse.

CÓMO FUE LA IMPACTANTE TRANSFORMACIÓN DE BILLY BOYD

Aunque sus primeros pasos laborales estuvieron lejos de los escenarios y las cámaras, el papel de Pippin fue el que le permitió a Billy Boyd alcanzar reconocimiento internacional y convertirse en una figura icónica de la cultura popular.

Nacido en Escocia, antes de dedicarse de lleno a la actuación trabajó como encuadernador, un oficio artesanal sin vínculo directo con el mundo del cine. Su rumbo cambió de manera definitiva cuando decidió formarse en la Real Academia Escocesa de Música y Drama, donde desarrolló sus habilidades actorales y comenzó a construir su carrera artística. A los 31 años fue elegido para integrar el elenco de la trilogía dirigida por Peter Jackson, y su interpretación de Peregrin Tuk logró conquistar tanto al público como a la crítica.

Con el paso del tiempo, su imagen evolucionó de manera notoria si se la compara con la de aquel joven hobbit de filmaciones que comenzaron hace más de 25 años. Hoy, con 57 años, Billy Boyd exhibe una apariencia que refleja el paso del tiempo, pero también un buen estado físico asociado a un estilo de vida saludable y activo.

Si bien no trascendieron detalles sobre dietas o rutinas específicas, en sus redes sociales se lo ve practicando actividades recreativas como ciclismo y skate, muchas veces acompañado por su hijo. En el plano personal, mantiene una estrecha amistad con Dominic Monaghan, nacida durante el rodaje de la saga y fortalecida a lo largo de los años mediante proyectos compartidos. Además, disfruta de aficiones como la jardinería, el yoga, la vida al aire libre y la convivencia con animales, intereses que refuerzan su afinidad con el espíritu hobbit: el amor por la naturaleza, la tranquilidad y los placeres simples.