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Con esfuerzo y dedicación, se convirtió en la primera argentina en conquistar la Triple Corona, una marca que la posicionó dentro de los grandes desafíos del deporte extremo.
CUÁL ES LA HISTORIA DE AILÉN LASCANO, LA NADADORA DE AGUAS ABIERTAS QUE SE DESTACA EN ARGENTINA
En 2017, Ailén conoció la disciplina de la natación en aguas heladas, donde las temperaturas oscilan entre los 0° y 5°. Fue entonces cuando sintió que había hallado su verdadero espacio: “Quizás una limitación de las aguas abiertas era que sólo podían practicarse en verano, y ahí descubrí la posibilidad de meterme en cualquier momento, hubiera viento, nieve o lluvia…”.
Ese mismo año marcó un antes y un después en su carrera deportiva. Decidió entrenar de una manera distinta, habituarse al frío y poner a prueba tanto su cuerpo como su mente. Sobre aquel proceso, recordó: “Empecé a competir en aguas heladas y después sumé desafíos de larga distancia en aguas abiertas”.
Esta modalidad exige que los nadadores enfrenten el hielo sin ningún tipo de protección térmica; el uso de trajes de neopreno u otros elementos que conserven el calor está estrictamente prohibido por reglamento.
Para Lascano, no se trata únicamente de sumar títulos o romper récords. Es, más bien, un camino personal que implica ir más allá de los límites: “Siempre quise desafiarme un poco más. Me gusta salir de la comodidad, diseñar pruebas que me reten, que me provoquen miedo y que me impulsen a construir nuevas metas”, expresó.
Su preparación combina lo físico y lo mental. Ailén subrayó que entrenar en piletas resulta clave, aunque son espacios pequeños comparados con las aguas abiertas: “Ahí también se fortalece la cabeza”.
Hoy se sumerge en escenarios cercanos al punto de congelación, nada entre bloques de hielo, compite en torneos internacionales y proyecta su gran sueño: nadar en la Antártida.
“El agua siempre me atrajo. Tener el río tan cerca es como una invitación constante a entrar. Y a tan solo 30 kilómetros está el mar, crecí rodeada de agua”, relató la nadadora en la misma entrevista.
La pileta, con su previsibilidad y estructura cerrada, pronto le resultó insuficiente: “Cuando descubrí que podía nadar en aguas abiertas, no hubo regreso posible. Me fascinó ese universo donde los paisajes cambian, las corrientes y las olas te desafían, y la fauna te sorprende con cada brazada”.
Ailén Lascano Micaz se transformó en la primera mujer argentina en alcanzar la Triple Corona de Aguas Abiertas, un reconocimiento internacional que comprende tres pruebas de máxima exigencia: atravesar el Canal de la Mancha (entre Inglaterra y Francia), completar el Canal de Catalina (desde la costa de California hasta la isla homónima) y rodear a nado la isla de Manhattan en Nueva York.
Cuando le preguntaron qué sintió al concretar este logro histórico, expresó: “Una felicidad enorme. Son tres desafíos muy duros. Los soñaba, los pensaba, los entrenaba… pero de ahí a cumplirlos realmente, todavía me cuesta caer en la cuenta. Mucho orgullo de poder llevar nuestra bandera a esos lugares”.
Entre todas sus gestas, hay una que refleja mejor que ninguna otra su temple y capacidad de resistencia: nadar durante 23 horas y 49 minutos los 64 kilómetros del lago más extenso de Alemania. Sobre esa experiencia, explicó a La 100: “En estas travesías te permiten frenar, pero nunca podés tocar nada, así que permanecés flotando todo el tiempo”.
En cuanto a cómo gestionaba el cansancio en pleno recorrido, detalló: “Paraba 30 o 40 segundos para recibir alimento líquido en una botella. Lo tomaba rápido y volvía al agua, siempre con la meta en la cabeza”.
Su pasión también la llevó a las competencias en aguas heladas, donde las dificultades se multiplican. Ella misma lo describió así: “Lo increíble es que dentro del agua uno se siente medio anestesiado, como dormido, pero cuando salís empezás a sentir un frío que te invade desde adentro hacia afuera”.
A eso se suma otro obstáculo: los fuertes temblores. Según contó, “ahí hay que entregarse un poco y confiar en la persona que queda afuera acompañándote”.
Sobre la competencia más extrema que enfrentó en bajas temperaturas, recordó: “La más fría fue con una sensación térmica de menos 23 grados. Entre serie y serie, el agua se congelaba. Salíamos lastimados por el hielo, fue durísimo”.
Pensando en lo que viene, Ailén confesó: “Me encantaría representar a la Argentina en el Mundial de Natación de Invierno en Finlandia, que será en marzo próximo”. Sin embargo, no es su única meta: sueña con completar una milla helada en cada continente, reto en el que ya lleva tres.
“Una de esas millas tiene que ser en la Antártida, así que debo prepararme para resistir esas condiciones”, señaló. Y cerró con un deseo aún mayor: “Después quiero lograr un nado más extenso. El año pasado fueron casi 24 horas, ahora quiero ir todavía un poco más allá”.