Alpat: del vidrio al litio para reactivar su producción

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La situación de la empresa Álcalis de la Patagonia (Alpat), única productora de carbonato de sodio o "soda ash" de sudamérica, condensa muy bien la imagen de las dos Argentinas: la de la industria que hace cuentas con caídas de ventas que superan los dos dígitos; y la del sector energético, el financiero, la tecnología, y el agro, que vive en un país emergente. Desde 2005, Alpat es proveedora de la industria del vidrio, cuya producción cayó 20,5 por ciento interanual en el periodo enero-agosto. Esta merma- que repercutió en una caída de las ventas de la empresa en 15,7 por ciento durante el primer semestre del año- la obligó a mirar hacia la otra Argentina, y aprovechar su ventaja comparativa en términos logísticos para hacerse un camino para abastecer a la industria del litio a nivel local.

Es que el carbonato de sodio es un componente clave en el proceso de producción del litio, y representa - junto a otros reactivos de este tipo- el 40,9 por ciento de los costos de elaboración. Es el químico que se utiliza para separar el litio de la salmuera durante el proceso convencional de producción y permite convertirlo en carbonato de litio, que es la forma química en la que se exporta el mineral en Argentina. Pero el país es importador de carbonato de sodio y, desde 2018, las compras al exterior crecen tanto el monto como en volumen importado. La ampliación de la extracción, procesamiento y eventual transformación posterior del litio permite estimar que Argentina podría estar requiriendo importar alrededor de 120 millones de dólares anuales de carbonato de sodio en los próximos diez años, en caso de no incrementar su producción nacional actual (250.000 tn al año en la única planta existente).

Estados Unidos es el principal productor y se mantiene con amplio margen en un mercado que no se caracteriza por tener grandes yacimientos. El carbonato de sodio puede obtenerse de dos maneras, de forma natural o sintética. En el primer caso, el concentrado se obtiene a partir de minerales de carbonato de sodio y bicarbonato de sodio (trona y nacolita), muy poco abundante en la naturaleza. El segundo caso, que representa al 70 por ciento del carbonato producido actualmente a nivel mundial, se obtiene a través de dos materias primas muy abundantes como el cloruro de sodio (sal) y carbonato de calcio (Piedra caliza) a través de un proceso químico diseñado por el químico industrial Belga Ernest Solvay.

Desafíos

En la búsqueda de ganar mercado minero local, Alpat tiene varios desafíos: por un lado, sus niveles de producción que no llegan a abastecer la potencial demanda de la industria. Se estima un requerimiento teórico de 345.100 a 493.000 toneladas de carbonato de sodio anuales, para satisfacer la producción proyectada de litio para el 2030. Actualmente la capacidad de producción de Alpat es de 250.000 toneladas anuales, aunque cuenta con un plan de inversión de 250 millones de dólares que más que duplicaría la producción - a 550.000 toneladas anuales- hacia 2029.

Por otro lado el precio, que es mayor que el de los principales proveedores internacionales. Para el período 2016-2023, que los precios de importación de Soda Ash promedian un valor aproximado de 350 dólares la tonelada, mientras que el nacional no baja de los 400 dólares la tonelada.

Sin embargo, le juega a favor la cercanía: "La logística con un proveedor local es muchísimo más sencilla", responden a este diario desde Eramine Sudamérica, la subsidiaria local de la compañía francesa Eramet (50,1 por ciento) junto con la china Tsingshan (49,9 por ciento) que es una de las cuatro explotadoras de carbonato de litio en Argentina. La firma se abastece actualmente del insumo en Estados Unidos y Turquía, pero están en tratativas para comprarle a Alpat, para lo cual en noviembre van a realizar pruebas en su planta de Centenario Ratones, en Salta, para verificar si la calidad del proveedor es adecuada.

Además de Eramine, Alpat ya abasteció un lote de carbonato de sodio a minera Exar, otra de las cuatro productoras de litio, en este caso en el Salar Cauchari-Olaroz en Jujuy, y está en conversaciones con otras de las mineras de litio del norte del país.  "A medida que se vayan incorporando a la producción de litio proyectos que se encuentran en fase de puesta en marcha, el consumo de soda ash aumentará significativamente, por lo que la demanda de litio será el principal motor de consumo de la firma", asegura un informe sobre el sector que elaboró la empresa al que tuvo acceso PáginaI12.

La firma también destaca su ubicación como el diferencial a la hora de negociar: "La distancia entre la zona industrial de Alpat y la zona de salares del NOA es muy acotada, teniendo en cuenta que los principales productores de soda ash se encuentran en Estados Unidos y Turquía. Por ende, el costo del transporte es muy incidente en el costo final de la tonelada de carbonato de sodio puesta en zona salares, por lo que, para satisfacer la demanda futura, la producción interna de Alpat es muy significativa para reducir costos".

Industria nacional

Alpat es una empresa creada en la década del 60  como una de las más grandes esperanzas de desarrollo de San Antonio Oeste, una ciudad cerca de Las Grutas en la provincia de Río Negro. La fábrica, construida en Punta Delgado a pocos kilómetros de la ciudad, comenzó a producir en 2005 pero tiene la característica de muchas de las industrias creadas en el siglo pasado.  

Por un lado, es el corazón productivo de la comunicad: es que 448 de los 26.000 sanantonienses (casi 2 por ciento de la ciudad) trabajan en la cantera, en la salina o en la planta de manera directa. No sólo eso, sino que cuenta con un barrio para trabajadores de la empresa.

Pero además aborda toda la cadena de producción. Para el proceso productivo, la empresa explota sus propias materias primas: piedra caliza (CaCO3) y sal, (NaCl). La caliza se extrae de las canteras “La Calera” y “Paileman” ubicadas a 80 km de la planta, y es transportada a la planta, vía tren de carga (Tren Patagónico). La sal se extrae de la salina “El Gualicho”, ubicada a 48 km de la planta y se transporta en camiones para el posterior proceso productivo.

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