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En la novena jornada de bloqueos de ruta sostenidos en Bolivia por los seguidores del expresidente, Evo Morales, quienes salieron en defensa del líder, la policía boliviana ejecutó una serie de operativos para intentar despejar los cortes en distintas zonas sin obtener resultados. Morales compartió un comunicado dirigido al "pueblo de Bolivia", en el que exigió que "el gobierno, en lugar de reprimir, resuelva la grave crisis que enfrentamos". A los cortes de ruta se sumaron cacerolazos en la ciudad de El Alto, la segunda más grande de Bolivia, en protesta por la suba en los precios de los alimentos.
Operativos sin éxito
Según el último reporte de transitabilidad de la Administradora Boliviana de Carreteras, en la región central de Cochabamba hay más de 16 puntos de bloqueo instalados en las principales rutas que unen el este y el oeste del país, pero los cortes se extienden a todo el territorio boliviano. Este martes se registraban cortes sobre las rutas que conectan a Cochabamba con el departamento de Chuquisaca, al sur, así como dos bloqueos en la región andina de Oruro, otro en el norte de Potosí y uno más en la localidad de Portachuelo en Santa Cruz, la región más poblada del país.
El martes a la madrugada un grupo de manifestantes instaló un nuevo bloqueo con piedras y neumáticos en desuso en el municipio de Vinto, a 20 kilómetros de la ciudad de Cochabamba. Horas después un contingente policial llegó para dialogar con los dirigentes, logrando la circulación de vehículos por un carril de la vía. Los agentes emplearon una pala mecánica para abrirse paso entre el bloqueo, logrando dispersarlo de forma momentánea, pero los manifestantes retomaron la protesta poco después.
También se dio otra intervención policial en el bloqueo que se mantenía en el puente Ichilo en la localidad de Bulo Bulo, provincia de Santa Cruz. Las fuerzas policiales llegaron hasta el lugar del bloqueo, acompañadas por un grupo de civiles no identificados, e hicieron retroceder a los manifestantes hasta Bulo Bulo, donde había más "evistas" esperándolos. Los agentes de seguridad reprimieron con gas lacrimógeno a los asistentes, que respondieron con piedras y petardos, logrando empujar a la policía de retorno al puente Ichilo, consiguiendo así retomar el bloqueo.
Denuncian presencia paramilitar
Los evistas denunciaron que "grupos de choque" ayudaron a la policía con el intento de desbloqueo. Un contingente que acompañó a la policía fue identificado por los medios locales como un grupo perteneciente a la Unión Juvenil Cruceñista, un grupo cívico de Santa Cruz que ya sostuvo enfrentamientos con los evistas, y cuyo líder, Ernesto Vaca Vilasboas, se encuentra detenido por incitar a la violencia desde octubre de 2019.
Morales, en una publicación de su cuenta de la red X, describió a los cruceñistas como un grupo "paramilitar", a la vez que destacó que el intento de levantar el bloqueo fracasó por la acción de sus seguidores. "Estamos frente a un gobierno insensible, represor, abusivo e inhumano, que no le tiembla el pulso al momento de atacar a quienes lucharon por la democracia. Duele mucho ser testigo de esto", escribió el líder del Movimiento al Socialismo (MAS).
Se suman los cacerolazos
En la ciudad paceña de El Alto se hicieron sentir las cacerolas. Los manifestantes pedían al resto de los vecinos "sumarse a la lucha", mientras que los carteles tenían inscripciones que cuestionaban la gestión del gobierno para atender los problemas económicos de la población. El incremento se siente en el precio del transporte urbano, mientras que el efecto de la inflación llega a alimentos como las vísceras de pollo que en las últimas semanas doblaron su precio, de 6 a 10 bolivianos (0,8 a 1,4 dólares).
El reclamo con cacerolas vacías estuvo antecedido el lunes por la huelga de los comerciantes de carne de res, pollo y cerdo, quienes también protestaron por el incremento del kilo de estos productos que pasó de 23 bolivianos (3,3 dólares) a 34 bolivianos (casi 5 dólares) y que provocó la merma de sus ventas. Al respecto el viceministro de Comercio y Logística Interna, Grover Lacoa, informó que el Ejecutivo realiza gestiones para proveer carne a las ciudades de La Paz y El Alto, las más afectadas por los bloqueos en Cochabamba y que impiden la llegada de esos alimentos.
Sin solución a la vista
Los sectores afines a Morales, agrupados alrededor del llamado Pacto de Unidad, una junta de organizaciones vinculadas en apoyo de los derechos indígenas y agrarios, bloquean las rutas bolivianas desde el 14 de octubre. La medida se inició para reclamar ante una posible orden de captura en contra del líder, por un caso de trata de personas y estupro que involucra a una menor con la que Morales habría tenido un hijo cuando era presidente de Bolivia.
Los manifestantes evistas también reclaman al gobierno soluciones a la escasez de dólares y combustibles y al encarecimiento de los productos alimentarios, así como la restitución de Morales como candidato presidencial del MAS. El lunes pasado los manifestantes amenazaron con hacer que los bloqueos persistan hasta lograr la renuncia de Arce (quien fuera elegido por Morales para reemplazarlo luego de verse forzado a renunciar luego del golpe de Estado de 2019) y el adelanto de las elecciones generales previstas para 2025.
Desde que se hizo público el proceso de investigación de la Fiscalía, Morales no abandonó el Trópico de Cochabamba, donde reside acompañado por sus seguidores y su rama del movimiento sindical. El conflicto y la denuncia contra el exgobernante se dan en medio de la pugna interna entre Arce y Morales por el control del MAS y el Ejecutivo, y por la definición de la candidatura presidencial, durante un momento crucial en el esclarecimiento de las circunstancias de 2019, luego de que la justicia boliviana excluyera a la expresidenta de facto, Jeanine Áñez, de una de las causas del que investigan golpe de ese año.