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El fallecimiento del papa Francisco abre una nueva etapa en la historia del Vaticano y reaviva varios interrogantes sobre el funcionamiento de la Santa Sede, en particular sobre cómo se maneja económicamente.
El papa Francisco no cobraba un salario
Desde su elección en 2013, el papa Francisco se destacó por su sencillez, cercanía con los más pobres y el impulso de profundas reformas en la estructura e imagen de la Iglesia. Todo esto lo hizo llevando un estilo de vida austero: se instaló en la humilde Casa de Santa Marta, en lugar del optar por el lujoso Palacio Apostólico o el Castel Gandolfo, que fue elegido por otros papas.
Incluso, en 2021, después de la pandemia por el Covid-19, el Papa Francisco redujo en un 10% todos los salarios de las personas que trabajan en el Vaticano y en 2024 volvió a recortar los complementos salariales y las bonificaciones.
En cuanto a la transparencia financiera, el Pontífice impulsó una auditoría al Banco Vaticano y reforzó el control sobre inversiones y licitaciones: en 2014 creó un Secretariado para la Economía y aplicó medidas anticorrupción. Como parte de estas reformas, cerró 5.000 cuentas bancarias sospechosas en el Vaticano.
En 2023, el cardenal Angelo Becciu, ex funcionario de la Secretaría de Estado, fue condenado a cinco años y medio de prisión por fraude financiero.
“A mí no me pagan nada”, afirmó Francisco en el documental “Amén. Francisco Responde”, dirigido por Jordi Évole. “Cuando necesito dinero para comprarme zapatos o algo, lo pido”, agregó, dejando claro el carácter no remunerado de su función.
¿Cuánto cobran los cardenales y otros empleados del Vaticano?
El Vaticano se sostiene económicamente gracias a donaciones de las diócesis y cristianos católicos del mundo entero - denominado Denario u Óbolo de San Pedro, el turismo religioso, donaciones privdas, venta de sellos y monedas conmemorativas y rentabilidad de inversiones financieras.
Desde la Santa Sede se administra un presupuesto que incluye los gastos de sus empleados, entre ellos cardenales, obispos y otros trabajadores laicos.
En el caso de los cardenales, que son los que ocupan los puestos más altos en la Iglesia después del Papa, reciben un salario que oscila entre los 4.000 y 5.000 euros.
También pueden acceder a una vivienda, asistencia médica y compras en supermercados y tiendas dentro del Vaticano a precios reducidos.
En el caso de obispos y sacerdotes, los ingresos mensuales suelen situarse entre 1.500 y 2.500 euros mensuales.
Los empleados laicos que trabajan en el Vaticano perciben salarios que varían según su puesto y nivel de responsabilidad, oscilando entre los 1.300 hasta los 3.000 euros al mes.