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El ajuste fiscal poco mensurado y selectivo del gobierno de Javier Milei implicó una fuerte caída de la ejecución presupuestaria en los distintos ámbitos de la gestión pública, desde la salud hasta la protección social, la ciencia y la tecnología, el desarrollo productivo. Con excepción de los servicios financieros por la deuda pública a quienes el Gobierno prefirió afectar en menor medida. Un informe detallado del Cepa muestra las áreas de mayor incidencia del recorte de gastos, inclusive al nivel programático.
Si se compara el gasto devengado en los primeros seis meses de 2024 contra igual período de 2023, de 43,7 billones de pesos versus 62,9 billones medidos a precios de 2024, la caída fue del 30 por ciento. Pero esa cifra toma otra dimensión al analizar por dónde pasó la tijera del ministro, Luis Caputo.
El informe del Centro de Economía Política Argentina (Cepa) observa la composición del gasto público por tipo de “función” y advierte que el gasto en Seguridad Social (jubilaciones y otros) es el predominante (52 por ciento del total), pero también les llamó la atención el peso de los Servicios por la Deuda Pública, que representaron más del 11 por ciento del gasto total.
Sin embargo, el pago de intereses y capital por la deuda no cayó tanto como otras partidas del gasto. El Gobierno resguardó a los intereses de la “casta” financiera, la motosierra y licuadora pasaron más por otras partidas del gasto.
Comparado con el resto de las “funciones” del gasto público, el pago de los Servicios de la Deuda se contrajo 24 por ciento en términos reales contra los primeros siete meses de 2023; mientras las funciones vinculadas con la Seguridad Interior, es decir las transferencias a provincias y municipios, cayeron 83 por ciento a modo de ejemplo. Los Subsidios Económicos asociados con el comercio y el turismo retrocedieron también 83 por ciento, los que aplican a la industria 81 por ciento y a la economía y el desarrollo sostenible 67 por ciento.
Recortes por ministerio
A nivel ministerial, dado el tamaño del multiministerio de Capital Humano, este recorte en la ejecución presupuestaria tuvo gran incidencia sobre el total. El ajuste promedió un 28 por ciento en todas sus secretarías, detalla el informe (en el ex ministerio de Educación fue del 50 por ciento, en el ex de Trabajo un 62 por ciento y el ex Desarrollo Social sufrió una reducción presupuestaria de casi el 56 por ciento).
Lógicamente, en línea con la abolición de la obra pública y las transferencias a provincias, el ajuste en el ministerio de Infraestructura llegó al 69 por ciento y en el ministerio Interior al 60 por ciento.
A nivel organismos, la paleta del recorte también permite visualizar el orden de jerarquías del Gobierno. Se detectaron fuertes ajustes en la Superintendencia de Servicios de Salud (45 por ciento), Anmat (17 por ciento), hospitales nacionales, e incluso en el Instituto Nacional del Cáncer (8 por ciento) y la Agencia Nacional de Discapacidad (13 por ciento). Las primeras dos con funciones importantes en materia de regulación del sistema de salud y de los medicamentos.
A esto se suman los recortes en el Instituto Malbrán. Mientras que otro organismo sensible como el Incucai, rector de las donaciones y trasplantes de órganos en el país, tuvo aumentos del 14 por ciento en su ejecución.
En el ámbito de la ciencia la situación tampoco es la mejor, ya que se dieron fuertes caídas en la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología (del 98,7 por ciento) y otros organismos del sector como la Conae (dedicada a la investigación espacial), el Conicet (con becas para investigadores e investigaciones) y la Coneau (vinculada a la acreditación de la calidad universitaria).
Los organismos de la Seguridad Social también sufrieron fuertes recortes en la ejecución de sus partidas presupuestarias. En el caso de la Anses, organismo responsable de la Seguridad Social, el mismo llega al 20 por ciento interanual. También se detectaron recortes del 70 por ciento en el Inaes y del 40 por ciento en la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia.
En cuanto al desarrollo productivo, la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca tuvo un recorte presupuestario del 94 por ciento, mientras que la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo cayó 89 por ciento. Y otros organismos como el Inta e Inti también registraron pérdidas de ejecución presupuestaria.
Y la lista continúa, abarca al ámbito de la defensa y seguridad, la educación y la cultura, el área de justicia y derechos humanos (donde funciona el sensible Banco Nacional de Datos Genéticos que sufre un recorte del 14 por ciento), los organismos vinculados con la energía.