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Un festival (BitBang) termina, otro comienza: Buenos Aires sigue siendo sede de los encuentros de cine animado de la región con la 13ª edición del Festival Cartón, uno de los encuentros cinematográficos con más corazón del circuito. Desde el domingo 3 y hasta el sábado 9 de noviembre se podrán disfrutar de decenas de cortometrajes animados entre las sedes del La Tribu Mostra Bar (Lambaré 873), donde será la apertura, así como en la sede de Caseros de la Untref y el Edificio Municipal Leonardo Favio (12 de octubre 463, Avellaneda). Además, parte de la competencia oficial de esta edición podrá verse a través de Octubre TV, en una alianza que se consolidó en los últimos años. La propuesta del Festival Cartón incluye varias secciones de competencia, un panorama de la producción local, talleres, charlas y mesas redondas. Entre toda la programación destaca una retrospectiva de su par mexicano Stop Motion MX –especializado en la técnica stop motion-, un conversatorio con Cielo Salviolo –histórica directora artística de Paka Paka- y la presentación del libro Sintonía Japón, de Eugenia Vázquez Fernández, que recorre la influencia del manga y el animé en la cultura argentina.
El Festival Cartón nació en 2011 apadrinado por el mismísimo Caloi, como una iniciativa del programa de radio Va de Retro (por FM La Tribu). En sus veladas animadas se gestó la iniciativa que llevó a declarar el 9 de noviembre como "Día de la animación argentina" –en homenaje al estreno de El apóstol, de Quirino Cristiani-, efeméride que supondrá una celebración especial este año, al coincidir con el cierre del Festival.
Aunque el comienzo de una nueva edición siempre es motivo de celebración en la “casita con parlantes”, como suele aludirse a La Tribu, desde la organización del encuentro reconocen las dificultades de este año, que los llevaron a solicitar aportes a sus seguidores a través de la plataforma Cafecito. “Estamos muy acostumbrados a lidiar con pocos recursos, pero esta vez fue bastante especial, el no apoyo del INCAA hizo que todo sea mucho más difícil, pero desde un principio la decisión fue seguir adelante con el festival, que como siempre se realiza gracias a una gran suma de voluntades, no sólo de quienes estamos en la organización, sino también de un montón de amigos y de amigas que hacen que el festival sea posible”, explica Diego Cabarcos, uno de los históricos de la organización del Festival, cuya gestión empieza nueve meses antes de que se encienda el primer proyector para el público.
“El festival de este año sigue los lineamientos que nos pusimos en 2011 cuando comenzamos: darle pantalla a la mayor cantidad de trabajos nacionales que se pueda. Por eso tenemos el panorama nacional que forma parte de la selección oficial, que está compuesto por cortos que si bien quedaron fuera de la competencia, consideramos que merecen ser vistos y tener pantalla”, destaca. Cabarcos también celebra la aparición del libro Sintonía Japón, ya que es de la columnista especializada en manga y animé Eugenia Vázquez Fernández, surgida justamente de las filas de Va de Retro.
“En la retrospectiva de Stop Motion MX van a ver una selección muy potente de trabajos de animación mexicana, desde narrativas súper atrapantes hasta videoarte experimental. Stop Motion MX es un festival increíble que ya tiene diez ediciones en su haber y es un lujo poder traerlos para que se vea el talento y la creatividad que tienen allá. Así que se van a ver cosas muy lindas, originales, imperdibles para todos los fanáticos de la animación en general y de stop motion en particular”, anticipa el organizador.
Pese a que proliferan los realizadores de animación en la Argentina, la situación del sector es difícil desde hace tiempo. En particular, para los festivales de cine. Pero si antes tenían que lidiar con la inflación, ahora ya ni siquiera hay apoyo financiero estatal. “Los recortes de presupuesto o de financiamiento afectan a todos los sectores de la cultura, pero en animación y en festivales independientes como el nuestro, el impacto es gigante”, lamenta Cabarcos. “Esto significa que proyectos que podrían hacerse quedan en pausa, que mucha gente talentosa no encuentra apoyo y que festivales como Cartón tenemos que hacer malabares para poder seguir adelante”, plantea. “De todas maneras estamos lejos de quedarnos quietos y como siempre lo que intentamos es visibilizar y defender estos espacios culturales que sin dudas no queremos perder”.