El patriarca latino de Jerusalén elogió el compromiso del Papa con  Gaza

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El patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, considerado como posible sucesor del papa Francisco, elogió el martes el compromiso del fallecido Jorge Bergoglio con la Franja de Gaza. Pizzaballa recordó que Francisco estaba en contacto diario con la pequeña comunidad católica del enclave palestino, unas 300 personas que desde el comienzo de la guerra se refugian en la parroquia de la Sagrada Familia de la capital gazatí.

"Cercanía con los pobres y los marginados"

"Gaza representa, de alguna manera, todo lo que estaba en el corazón de su pontificado", declaró Pizzaballa ante algunos periodistas. El patriarca latino de Jerusalén, la más alta autoridad católica en Oriente, explicó que el papa Francisco, fallecido el lunes a los 88 años, siempre defendió "la cercanía con los pobres, los marginados" y "la paz".

Estos compromisos, detalló Pizzaballa, quedaron especialmente patentes en su postura ante la guerra en Gaza, desencadenada por el ataque del movimiento islamista palestino Hamas el 7 de octubre de 2023 en Israel. "Estaba muy cerca de la parroquia de Gaza, los llamaba constantemente, durante un tiempo cada tarde a las 19 horas, se había convertido en algo habitual para la comunidad, era también reconfortante para ellos, y él lo sabía", recordó el patriarca.

Pizzaballa detalló que, tras conocerse la noticia de la muerte del Papa, recibió la llamada del presidente de Israel, Isaac Herzog, y la del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, quien protagonizó una célebre reunión con Francisco en el Vaticano en 2014 en la que también participó el entonces presidente israelí, Shimon Peres.

El cardenal, que al frente del patriarcado pero también antes, como custodio de Tierra Santa, cultivó las relaciones de la Iglesia Católica con las autoridades de Israel, reconoció que la "claridad" y "espontaneidad" de Francisco sobre la guerra en Gaza no siempre agradó a las autoridades locales, pero aseguró que los líderes israelíes siempre fueron "muy respetuosos" con la postura del Papa.

Pizzaballa aseguró que todavía no está preparado para especular sobre el rumbo que podría tomar el cónclave que se celebrará una vez que terminen los actos funerales de Francisco. Pero también destacó que la Iglesia Católica en Tierra Santa tratará de continuar con el camino que abrió el Papa, en particular en lo que respecta al diálogo con todos y a la atención a los pobres.

El patriarca también recordó que conoció a Francisco en una visita a Buenos Aires hace 20 años, cuando por entonces era cardenal en la capital argentina. "Estaba muy nervioso porque yo no estaba acostumbrado a reunirme con cardenales. Llegué tarde porque había mucho tráfico y estacioné rápido y mal. Cuando bajé del coche me encontré con Francisco quien me dijo que no me preocupara. Me di cuenta, desde el principio, que no iba a ser un hombre de protocolos", indicó.

Pizzaballa, que participará en el cónclave al ser uno de los 135 cardenales electores, anunció que viajará a Roma el miércoles, tras la misa por el Papa en el Santo Sepulcro por la mañana. Sus visitas a Gaza desde el comienzo de la guerra y sus numerosos llamamientos en favor de la paz lo situaron en el centro de la escena internacional. Este franciscano y teólogo italiano de 60 años, experto en Medio Oriente y que habla hebreo e inglés, llegó a Jerusalén en 1990.

La última llamada a la parroquia de Gaza

El papa Francisco llamó por última vez a la única parroquia católica de Gaza la noche del sábado, antes de la vigilia pascual, para preguntar por las celebraciones de Pascua y por los niños, una costumbre que mantuvo durante su último ingreso hospitalario, siempre que su salud se lo permitió. Gabriel Romanelli, párroco argentino de la Sagrada Familia, la única católica en Gaza, explicó a los medios locales que el anuncio de la muerte del Papa fue un momento muy doloroso para la comunidad y que incluso los ortodoxos y los musulmanes acudieron a darle el pésame.

Francisco llamó la noche del sábado a su vicario, el padre Yousef, y también habló con otra religiosa, preguntando por los niños y cómo se estaban preparando para la Pascua, según relató Romanelli, al explicar que estas llamadas se habían convertido en una cita fija en la que el papa transmitía su cercanía, apoyo y palabras de aliento a la comunidad. Estas conexiones telefónicas fueron una de las primeras labores que recuperó Francisco desde el hospital tras superar la fase crítica en su último ingreso de 38 días en el hospital Gemelli de Roma, en el que sufrió dos crisis respiratorias que pusieron en peligro su vida.

Romanelli también destacó que Francisco se había vuelto tan cercano a su comunidad que reconocía las voces de los feligreses y conocía los nombres de los niños, y que cuando llamaba ponían el altavoz para que hablara con los más pequeños, a quienes llamaba por su nombre. El Papa fue un ferviente defensor de la paz mundial y, además de sus continuos llamamientos a un alto el fuego, llegó a solicitar que se investigara si la ofensiva israelí contra el enclave podría constituir un genocidio.

Este domingo, en su última aparición pública antes de su muerte (en un mensaje leído por un ayudante debido a sus problemas respiratorios), Francisco volvió a pedir el alto el fuego en Gaza, donde ya murieron más de 51.200 personas. De los 2,4 millones de habitantes de Gaza, unos mil son cristianos, la mayoría ortodoxos. El patriarcado latino contabiliza unos 135 católicos en el territorio palestino.

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