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“Si estoy acá es gracias a la Universidad pública y gratuita. Desde Jujuy intentamos construir soberanía científica”. Las palabras de Noelia Palacios, ingeniera química de la Universidad Nacional de Salta (UNSa), emocionaron hasta las lágrimas al auditorio que aplaudió de pie a la flamante ganadora del Concurso Nacional de Tesis de Ingeniería INVAP 2024. Nacida en Abra Pampa, un pueblo a 200 kilómetros de San Salvador de Jujuy, Palacios --35 años-- se alzó con el premio a la mejor tesis de Doctorado por el desarrollo de un método innovador, sustentable y económico que revolucionará la extracción de litio sin dañar al ambiente.
Su proyecto, que ya obtuvo patentes en Argentina, Chile y próximamente en EE.UU. aborda “un tema controversial ya que es un recurso estratégico”, le dijo a Página/12 la ingeniera. Y agregó: “Jujuy está en el triángulo litio, la zona comprendida por Argentina, Chile y Bolivia que concentra el 80 por ciento del litio del planeta. Por eso es importante desarrollar métodos sustentables, más económicos, que reduzcan el estrés hídrico de los salares y disminuyan las toneladas de reactivos químicos de la Puna” señaló Palacios, que forma parte del CIDMEJu, Centro de Investigación y Desarrollo en Materiales Avanzados y Almacenamiento de Energía de Jujuy. Actualmente está cursando su Beca Postdoctoral otorgada por el CONICET.
El concurso impulsado por INVAP ya va por la segunda edición y tras el éxito de la convocatoria, se anunció otra vuelta para 2025, según autoridades de la empresa que pertenece al estado provincial con sede en Bariloche dedicada al diseño y construcción de sistemas tecnológicos complejos en diferentes campos de la industria, la ciencia y la investigación aplicada.
"Mejorar la calidad de vida"
Con el acento puesto en el desarrollo de soluciones que mejoren la calidad de vida, el Concurso Mejores Tesis de Ingeniería evaluó en esta instancia 138 trabajos presentados de 15 provincias, que ratificaron que la aplicación real en áreas estratégicas contribuye a desarrollar el futuro del país.
“En este concurso ganamos todos. Gana el país. Es muy esperanzador ya que destaca el talento argentino interesado en impulsar proyectos que dejen huella en el país y el mundo. La apuesta por el conocimiento es uno de los pilares del desarrollo. Creemos firmemente que este tipo de iniciativas fomenta la interacción entre las universidades argentinas y el ecosistema científico y tecnológico”, señaló Darío Giussi, gerente general de INVAP.
Germán Galarza (36), ingeniero de sonido de La Plata, graduado en la Universidad de Tres de Febrero (UNTREF) fue otro de los protagonistas: Se alzó con el premio de la categoría Grado por un proyecto sobre absorción de sonido en distintos dispositivos cotidianos: autos, aviones, máquinas. Pianista y baterista, tocó en el Lollapalooza 2017, Cosquín Rock junto a la banda Un Planeta, referente de la escena indie platense. Fanático de Luis Alberto Spinetta, lo suyo “es buscar obsesivamente cómo mejorar la calidad del sonido”. Si bien comenzó a estudiar Geofísica como su papá, la carrera que le permitió profundizar en el funcionamiento de las ondas sonoras lo invitó a dar un giro en su vida académica. Galarza (36) presentará en diciembre mejoras significativas a su proyecto en el Congreso Iberoamericano de Acústica de Santiago de Chile. El proyecto desarrolla un instrumento que mide la absorción sonora en materiales utilizados para la construcción e insonorización de espacios. Esta medición es clave para aplicaciones como el diseño de materiales de construcción y la insonorización de espacios como el de los autos o el interior de aviones. El desarrollo resulta más económico que el de los equipos de mercado según el Laboratorio de Acústica y Luminotecnia de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (LAL-CIC), donde trabaja en el área de investigación.
Concurso de carácter federal
Con carácter federal –participaron 46 instituciones de todo el país--, el certamen destacó el trabajo del ingeniero Esteban Volentini (50) de la Maestría en Sistemas Embebidos de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires. Volentini vive y trabaja en Tucumán, graduado en Ingeniería en Computación por la Universidad Nacional de Tucumán. Allí es docente e hizo un desarrolló “para que el software deje de colgarse y de ser sinónimo de problemas”, explica el ganador de la categoría Maestría sobre la oportunidad que encontró para diseñar una herramienta automática para “sistemas embebidos”, que prueba el funcionamiento correcto del software de los sistemas electrónicos incluidos en otros equipos como una cosechadora, un microondas o un lavarropas. Su desarrollo de código abierto está pensado para que esa verificación sea accesible para las PyMEs.
La iniciativa de la empresa de Río Negro, que acompaña la Fundación INVAP, entregó 9 millones de pesos en premios en esta última edición donde las universidades públicas se destacaron no solo con los premios sino con la participación en un 75% de presentaciones. Para la ingeniera Roxana Cocco, presidenta del jurado “Pensar la ingeniería como una herramienta para transformar ideas en soluciones prácticas, es el punto de partida de esta iniciativa que alienta a los jóvenes a ser parte de la transformación”. Cocco destacó la participación del 34% de tesistas mujeres y subrayó: “Como mujer en la ingeniería celebro que este número aumente año tras año. Creo que puede hacerlo aún más. Este porcentaje es mayor al de las mujeres que cursan carreras de ingeniería en el país. Espero que siga creciendo”, concluyó.