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Luego del éxito de Piaf, Elena Roger vuelve a escena con otro de sus clásicos: Mina... che cosa sei?!?, espectáculo que creó en 2003 junto con Valeria Ambrosio y que la catapultó como una referente del musical. Desde este sábado 2, y durante 5 semanas, la obra se presentará de viernes a domingo en el Teatro Lola Membrives (Corrientes 1280) con su equipo creativo original integrado por Diego Reinhold, la dirección musical de Gaby Goldman y la dirección general de Ambrosio.
Mina... che cosa sei?!? se estrenó en 2003, en el Teatro El Nacional, y se reestrenó en las temporadas de 2004 y 2005. Y en 2006, la obra realizó una gira por Italia con Ivana Rossi y Dan Breitman por las ciudades de Milano, Bologna, Torino, Génova y Nápoli. La puesta rinde tributo a la cantante italiana Mina Mazzini, quien supo tener una gran popularidad hasta que un día, cansada de la vida pública, se recluyó en la soledad de su hogar para seguir creando lejos del foco mediático. El repertorio, que va desde los años sesenta hasta la actualidad, se nutre de temas como "Se piange, se ridi", "Parole, parole" o "Un anno d´amore".
“El público se va a encontrar con un espectáculo que los va a llevar por muchas sensaciones y emociones”, anticipa Elena Roger en diálogo con Página/12, a la vez que aclara que la puesta no es biográfica, como sí era el caso de Piaf, sino que utiliza la música de la artista italiana como disparador para la trama. “El repertorio de Mina es muy rico, porque tiene canciones dramáticas, románticas, de esas melosas, y que son típicas de Italia, y después tiene mucho humor ácido e irónico. Su música tiene un abanico que permite hacer una obra, y eso fue lo que nosotras tomamos como idea para este musical en el que ofrecemos una pincelada de todos los colores de esa paleta”, menciona al respecto la actriz que ganó el Premio ACE "Mejor Actriz de Musical" por esa interpretación.
Son días agitados para Roger. Mientras se prepara para volver a las tablas, se encuentra en plena promoción de La mente del poder, la nueva serie que protagoniza junto a Diego Velázquez, Mike Amigorena, Eleonora Wexler y Michel Noher y, para completar la agenda, se prepara para cantar nuevamente con Escalandrum para celebrar 10 años de trabajo conjunto (ver aparte). “Siempre está bueno hacer cosas distintas porque son desafíos y nuevas experiencias”, asegura.
-¿Cómo surgió este proyecto que evoca a Mina?
-Yo vengo de familia italiana, y cantaba canciones en italiano. Empecé estudiando canto lírico, que también era en italiano, así que era un idioma que lo tenía muy incorporado. Y a fines de los noventa fui a hacer un espectáculo a Punta del Este, y ahí la conocí a Valeria, que era la escenógrafa. Pasamos todo el verano juntas y nos fuimos conociendo. Ella obviamente me escuchaba cantar y un día me dijo: “¿Nunca escuchaste a Mina Mazzini? Vos tendrías que cantar su repertorio”. Ella era fanática de Mina, y entonces me introdujo en su historia. A partir de ahí, empecé a escucharla. Tiempo después, yo andaba con ganas de hacer un espectáculo con formato unipersonal y Valeria quería dirigir. Todo empezó a fluir, y entre las dos armamos el libro.
-¿Qué te atrajo de esta artista?
-Lo que me pareció muy interesante de Mina es su historia. Como cantante, fue muy vanguardista en la forma en la que desarrolló su carrera. Porque en un momento decidió soltar esa popularidad e irse a su casa, en Suiza, en Lugano. Y desde ahí grabó un montón de discos, pero sin mostrarse públicamente. Se decía que había engordado o adelgazado. Pero lo cierto es que dejó de dar notas y de estar en los medios. Ella había llegado a ser muy popular, y de repente tiró una bomba de humo y se fue.
-¿Te pasó alguna vez eso de sentirte agobiada de la vida pública?
-No, pero porque nunca fui tan popular tampoco. Puedo caminar tranquila por mi barrio, y la gente me puede saludar, pero no soy The Beatles (risas). No alimenté eso y tampoco lo quiero.
-Pero te reconocen por la calle…
-Sí, sí, me reconocen cuando camino por el barrio y la gente me saluda con mucho amor o me dicen: “Te fui a ver”, pero nada más. Así que no tuve la necesidad que tuvo Mina. E incluso ahora estoy mucho más amigada con el hecho de dar notas. Pero al principio de mi carrera no entendía por qué tenía que hacer eso, porque en ese momento las inseguridades y los nervios eran mayores, y me parecía un esfuerzo tener que sentarme a hablar durante una hora con una persona. Me producía estrés. Pero ya estoy amigada con eso, porque entiendo que es parte de este trabajo y que además es algo lindo. Es como una charla con un amigo.
-De las grandes mujeres que interpretaste, como Evita o Piaf, Mina es la única que aún vive. Eso también debe ser especial…
-Sí. Es cierto. Y es algo lindo. Ella tiene hoy 84 años. Nunca la conocí, pero me gustaría. En un momento, Valeria le mandó un mail, y creo que su hijo le respondió. No creo que sea una persona que haya que molestar, pero sí me gustaría mucho agradecerle, porque creo que toda su vida artística fue enriquecedora. Escuchar sus canciones te lleva realmente a muchas emociones diversas. Creo que ha sabido elegir muy bien a los autores, y también supo cómo hacer la producción musical.
-¿Qué expectativas tenés con este reestreno?
-No suelo tener expectativas. Para mí, lo más importante es lo que nos pasa a nosotros con los proyectos que encaramos. Y en este caso, el regreso de Mina se da por nuestro deseo de volver a reunirnos, y de volver a transitar este espectáculo que adoramos y que nos gustó mucho hacer. Y no es que estamos pensando en términos de éxito. En general, nunca he pensado mis trabajos desde ese lugar porque no soy de esas personas que hace algo porque cree que va a funcionar económicamente. No tengo esa cabeza de productora. Aparte, con los años me doy cuenta de que no hay manera de saber si algo va a funcionar. Aunque en este caso es un espectáculo que mucha gente quería que volviera porque está en la memoria de un montón de personas de la comedia musical que nos siguen a Valeria y a mí. Sin mucha publicidad, tenemos ya una gran cantidad de entradas vendidas. Y eso nos pone contentos porque obviamente queremos que las cosas funcionen.
-Tenés una sólida carrera en la comedia musical, pero también te embarcás en proyectos audiovisuales, como en el caso de la serie La mente del poder. ¿Te resulta desafiante hacer ese tipo de trabajos?
-Hacer una serie me gusta porque es como una película larga. Y en el caso de La mente del poder fue un trabajo muy interesante porque me gustó mucho trabajar con Diego, que me parece un gran actor, y con Eleonora, a quien también admiro muchísimo como actriz. Me parece fantástica. Me gustó mucho el elenco, y por eso dije que sí. Además, me gustó la trama y me gustó el final. Mi carrera empezó arriba del escenario, en un teatro, y ahí me siento más tranquila y segura, pero me gusta participar de otro tipo de proyectos. De hecho, ya estoy trabajando en otra película re linda y también en una serie que se harán el próximo año.
-Recientemente, se celebraron los Martín Fierro de cine y en ese marco hubo pronunciamientos contra las políticas de este gobierno y un fuerte reclamo a favor del financiamiento para la cultura. ¿Cómo evaluás la actualidad de los artistas en este aspecto?
-No soy de opinar de personas, ni de gobiernos, ni de políticos. Pero lo que sí puedo decir es que hoy hacer arte, sea de la forma que sea, es nuestra mejor manera de defender la cultura y nuestro trabajo. Generar esa energía de hacer es lo que nos saca adelante a todos. Hacer, hacer, hacer es el camino para estar activos, y eso es lo que nos saca de la depresión de no poder hacer. Si nos enfocamos en las limitaciones, eso nos arrastra hacia un pozo del que no nos saca nadie. Hay que salir de eso para que la energía se modifique. Si se cierra una puerta, hay que ir por otro lado. Hay que buscar la salida. Y hacerlo desde un lugar de amor. Esa es mi religión.