En las sierras, al fuego no hay quien lo pare

hace 1 month 10
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Los incendios forestales no dan tregua en Córdoba y este martes siguieron activos los focos en Capilla del Monte, La Granja, Salsacate, Villa Berna y Villa Alpina, estos últimos dos en el Valle de Calamuchita. El pronóstico del clima es desalentador para los próximos días. Unos 800 bomberos están en la zona junto a brigadistas y personal del Ejército que se sumó en las últimas horas.

Si bien el foco en Capilla del Monte se expandió hacia las Sierras Chicas --dirección este-- y con rumbo oeste a San Marcos Sierras, al menos bajó su intensidad en las otras tres localidades.

En Capilla del Monte trabajan 150 bomberos en toda la línea de fuego en la zona norte de La Granja, donde bajó la intensidad. Además dan apoyo aviones hidrantes y helicópteros evitando que las llamas se acerquen a la zona urbana que está a tres kilómetros.

El fuego va y viene

En el sector de La Granja la situación está más controlada. El fuego se alejó de la zona poblada hacia los pastizales “bien adentro” en el monte, pero hay focos dispersos. La población ayuda a los brigadistas de bomberos haciendo guardia de cenizas para evitar que se reavive. Hasta ahora no han habido casas afectadas, a pesar de que la situación fue crítica.  

En la zona de Salsacate el incendio está cerca de la Quebrada de la Mermela. Y en el Valle de Calamuchita, en Villa Berna, redujo su intensidad pero podría avivarse según las inestables condiciones climáticas.

Según un informe de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) ya se quemaron unas 43.000 hectáreas en la zona, pero si se toma en cuenta toda la provincia, fueron afectadas casi 70.000 en lo que va del año.

Con ese número, 2024 ya es uno de los dos años con mayor superficie quemada en Córdoba en la década. Y quedan más de tres meses del año. Los otros dos años de mayor incidencia del fuego fueron 2022 con 81 mil hectáreas y el récord histórico fue en 2020 con 341 mil hectáreas, el peor registro en 33 años.

El peligro es extremo

Al fuerte viento sigue dificultando el vuelo de aviones hidrantes y helicópteros. El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) anunció que el peligro de incendios en la provincia es "extremo" y recién habría un panorama favorable el próximo jueves.

El secretario de Gestión de Riesgo, Roberto Schreiner, dijo que "hay seis aviones del Plan Federal de Manejo del Fuego que están volando". Y admitió que el panorama del fuego en Córdoba sería “más grave” en comparación al año pasado por las complejidades climáticas.

El gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, estuvo presente en los procedimientos para evaluar la crítica situación por los incendios y manifestó que la única manera de evitar estas situaciones radica en que "los vecinos y los turistas entiendan que no hay que hacer fuego". Además informó que activó el “fondo de emergencia en 5.000 millones de pesos para la fauna, flora, cuidado de los animales y todo lo que tiene que ver también con la reparación de los hogares y la vuelta también de los chicos a las escuelas".

Se suma el Ejército

El Ejército argentino envió este martes efectivos y material a la provincia de Córdoba para sumarse a la lucha contra los incendios. Según informó el Ministerio de Defensa, una compañía de ingenieros paracaidistas de la cuarta Brigada Aerotransportada "está desplegando una base adelantada en apoyo a los brigadistas en la lucha contra los incendios en la provincia de Córdoba". El Ejército brindará alojamiento a los brigadistas que estén abocados al combate al fuego. "El despliegue incluye a 40 efectivos que llegan junto a camionetas, camiones, ambulancias y grupos electrógenos, como así también una carpa para el puesto comando, una carpa comedor y la cocina de campaña", precisó el comunicado.

El mega incendio ya lleva una semana devorando flora y fauna, y una veuntena de casas. Se originó en el centro norte de la provincia, en el Valle de Punilla, afectando a Capilla del Monte, San Esteban, Los Cocos y La Cumbre, para luego expandirse hacia otras áreas.

Las causas son múltiples: la sequía, acaso ligada al calentamiento global --agosto y septiembre suelen combinar condiciones naturales perjudiciales-- y las plantaciones de pinos con sus piñas que son como granadas cuando se prenden fuego, lo cual lleva a la necesidad volver a la flora autóctona más achaparrada y menos inflamable. A esto se suma el factor humano, las irresponsabilidades personales en el manejo del fuego, empezando por brasas para cocinar hasta una persona que sale de su casa en la naturaleza y tirar la ceniza de la salamandra. Y hay dos personas detenidas que habrían actuado por impulsos piromaníacos que se están investigando. También siempre se ha sospechado que detrás de algunos incendios habría intereses agrícolas e inmobiliarios, ya que donde hay monte nativo no se puede construir. Pero ya ha sucedido que allí donde lo hubo y pasó un incendio, después surgieron barrios. 

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