“Hay una ludificación de las finanzas y el dinero”

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Ezequiel Gatto es Investigador Asistente (LICH/CONICET), Docente de Sociología de la Cultura y el Arte (carrera de Gestión cultural, Universidad Nacional de Rosario), es Dr. en Ciencias Sociales (UBA) y estudia los efectos de las tecnologías digitales en la imaginación del futuro, incluyendo qué sucede respecto al imaginario futuro del dinero. También es Licenciado en Historia (UNR), editor en Tinta Limón y autor del libro Futuridades: Ensayos sobre política posutópica, 2018. En diálogo con Página/12 analizó los sucesos de la ciudad de San Pedro y la estafa piramidal que incluyó criptomonedas y redes sociales.

--¿La digitalización cambia la relación que tenemos con el dinero?

--Hay un cruce entre los flujos de dinero y su digitalización que ya tiene varias décadas: el dinero se ha ido volviendo digital, abstracto y electrónico. Por eso los flujos de dinero hoy son a la velocidad de la luz. Esto permite fenómenos como los de San Pedro con flujos muy complejos que involucran a diferentes países, actores, tecnologías, usuarios y aplicaciones. Y acá hay algo que está cambiando respecto a los sistemas de pago. No es la naturaleza del dinero lo que cambia, sino ciertas cualidades a partir de su digitalización y los movimientos especulativos.

--Fenómenos como la popularización de este “juego financiero” en San Pedro están conectados con la realidad económica de crisis.

--El otro aspecto que potencia fenómenos como este, es que vivimos en sociedades donde todo el tiempo hay incrementos de la incertidumbre. Y ciertas personas que crean estas aplicaciones de estafa piramidal, manipulan esa incertidumbre para sacar algún partido con el capital financiero, el cual históricamente se ha manejado, no a partir de estabilizar los procesos, sino de insuflar la incertidumbre. Porque es en la novedad --en lo que alguien vio en la tendencia incipiente-- donde puede valorizarse más un activo. Esto ya se ve desde la década de 1920 y el neoliberalismo volvió a traer esa volatilidad de la economía como una característica de sus procesos de valorización. Esto tiene por efecto justamente insuflar la vida social con mucha incertidumbre. Yo personalmente no soy alguien que esté en contra de la incertidumbre ontológicamente: me parece interesante y productivo no siempre saber lo que va a pasar. Pero el problema con la sociedad actual es que esa incertidumbre va ensamblada a la precariedad. Hay una relación entre precariedad social, precariedad existencial, precariedad laboral e incertidumbre.

--El miedo y la incerteza de futuro a veces son trampas fatales. Mucha gente está más vulnerable y a la deriva buscando la forma de salvarse.

--La contingencia se nos aparece bajo la forma de un futuro oscuro, preocupante y aterrador para miles de millones de personas. Y creo que esto tiene que ver con los movimientos especulativos de carácter “masivo y popular” que, por supuesto, están vinculados a procesos mucho menos masivos y populares como son las finanzas, pero en los cuales daría la sensación de que la sociedad no ha hecho más que insuflar su incertidumbre y precariedad. Al monetizar la mayoría de sus procesos, la sociedad termina convirtiendo al dinero en una suerte de elemento que al menos ilusoriamente --aunque tampoco es tan ilusorio-- permite gestionar algo de esa incertidumbre. Es decir, el deseo del dinero va de la mano de una sociedad cada vez más incierta, en la cual el dinero aparece como un bien o un recurso que nos va a permitir lidiar con la incertidumbre. Y creo que ahí es donde estas aplicaciones de “juego” financiero empalman con lo que sucede a nivel social. Acá ves la relación entre capital financiero e incertidumbre. No es tanto una demanda de ser ricos como a veces se cree, sino más bien la fantasía o la apuesta de que el dinero nos va a permitir lidiar con las incertidumbres sociales, cosa que por supuesto es bastante cierta: teniendo más dinero es más posible gestionar algo de esas incertidumbres, que no teniéndolo. El problema es que toda la infraestructura y la estructura social se va monetizando y volviendo cada vez más obsesiva con los procesos dinerarios y monetarios, porque parecieran ser los únicos caminos para lidiar con esa incertidumbre.

--El anarco-capitalismo con su obsesión paranoica de minar al Estado, adora las criptomonedas porque funcionan por fuera él, al cual ven como una interferencia a la voracidad que tienen de ganar dinero fácil y rápido, sin producir nada.

--Creo que hay que repensar, no solo el estatuto del dinero y la moneda, sino también volver a dar una discusión política y no solo cuantitativa o presupuestaria. Y redefinir: ¿qué es el dinero? ¿qué mide? ¿Por qué vale lo que vale? Debemos volver a discutir eso que el propio anarco capitalismo también fue capaz de discutir a través de las criptomonedas: ellos impugnan parte del dinero o de la moneda soberana estatal a través de unas nuevas monedas que se escaparían de estas tramas estatales. Creo que desde posiciones políticas más inclinadas hacia la igualdad de posibilidades, hay que discutir el dinero. Hay que pensar qué tipo de dinero o monedas podemos ir creando o inventando a diferentes escalas, algunas tal vez locales, otras nacionales o regionales que nos permitan desenganchar algunos procesos sociales de las dinámicas monetarias clásicas. Todo indica que nos están llevando a escenarios catastróficos en los cuales, este tipo de dinero digital es un vector fundamental. Y ahí se abre toda una discusión sobre cómo podemos imaginar el futuro en relación al dinero y qué tipo de dinero nos permiten vislumbrar o inducir algunas orientaciones futuras que sean más justas, más igualitarias y que permitan a los seres humanos inventar y vivir en condiciones de menor dominación.

--Estos procesos empalman con la tesis de la nueva clase social vectorialista de la que habla Mackenzie Ward, refiriéndose a los “dueños de los datos”: Mark Zuckerberg, Elon Musk, Larry Page, Sergey Brin, Bill Gates, Jeff Bezos, Jack Ma...

--El vectorialismo es un concepto de Ward incluido en su libro El Capitalismo ha Muerto. Yo no estoy muy de acuerdo con la idea de que el capitalismo ha muerto, pero tomo el concepto de “clase vectorialista”, la cual vectorializa los datos hacia sí, acumulándolos en su beneficio. Su manera de operar y ganar dinero es muy distinta a la de los dueños de Ford o Chevrolet. Ward plantea que vivimos en un mundo y una economía que, mediante las tecnologías digitales, modificó la estructura del capitalismo y la relación entre capital y trabajo. Y modificó las relaciones de propiedad de los medios de producción. Hoy existe una clase que vectorializa los flujos a partir del control de las infraestructuras de la información, el software, las patentes y los algoritmos predictivos. Esto les permite organizar y capturar datos de una amplia gama de interacciones sociales para luego ordenarlos y correlacionarlos en función de anticipar y perfeccionar los procesos de valorización, sobre todo la financiera. Wark dice que esta clase vectorialista viene a reemplazar a la clase capitalista. Yo en cambio creo que en todo caso, hay una retroalimentación de esas dos clases y una estructura mucho más compleja de propiedad del capital, pero no un reemplazo.

--Hay una ludificación de las finanzas a nivel popular.

--Absolutamente: hay una ludificación del dinero o una gamificación del dinero, que es el otro concepto que se usa para procesos donde las interfaces comienzan a tener estos aspectos de juego. Pero en realidad, de fondo hay desde cuestiones de “gobierno digital abierto” hasta procesos de decisiones hipercomplejas y sensibles que recurren a interfaces gamificadas. Así como hay una ludificación del dinero, también hay una monetización de lo gamificado, porque muchos juegos recientes como Roblox y Fortnite, ya tienen algún tipo de relación con el dinero: hay que generar dinero en el juego, o sea se gana dinero jugando estructuralmente. No es una apuesta que viene de afuera, sino que el propio juego lo induce. En Roblox la moneda se llama Roblux. De hecho existen opciones de compra-venta de créditos –o sea puntos de score-- de estos juegos; es una especie de mercado de estas monedas intrínsecas a los juegos.

--Sería como si en un torneo de ping-pong barrial yo comprara puntos para ascender en el ranking sin necesidad de ganar más partidos. Hay ciertos juegos virtuales de rol populares en Corea del Sur que permiten eso.

--No es sólo subir en un ranking de puntos, sino poder hacer más cosas. En Fortnite hay distintas maneras de ganar dinero: podes diseñar skins, competir con otros, etc. Creo que esta relación entre dinero y videojuego es muy importante para ver también por qué los jóvenes hacen una transición bastante simple y sencilla del videojuego a la especulación financiera o a la apuesta. Es un proceso que se da en las dos direcciones.

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