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La dirigencia de Hezbolá anunció esta semana la designación de su nuevo líder, Naim Qassem, un jeque con una importante fortuna personal que viene a reemplazar a Hassan Nasrallah, quien fue asesinado a fines de septiembre en un bombardeo de las Fuerzas de Defensa de Israel en Beirut, capital de El Líbano.
Hassan Nasrallah
Hassan Nasrallah murió en un bombardeo.
La organización abocada al terrorismo con base en El Líbano confirmó la novedad con un escueto comunicado: "El Consejo de la Shura acordó elegir al jeque Naim Qassem como secretario general de Hezbolá", explicaron desde la dirigencia.
Qassem, de 71 años, fue uno de los jeques que abogó por el alto al fuego en la Franja de Gaza una año después de que las Fuerzas de Defensa de Israel irrumpieran en tierra palestina para rescatar a los más de 200 rehenes retenidos por Hamas desde el brutal ataque del 7 de octubre de 2023, en el que los terroristas también asesinaron a miles de personas.
Desde Hezbolá informaron que a partir de ahora Qassem y las autoridades de Irán "trabajarán juntos para lograr las metas de Hezbollah, y mantener la llama de la resistencia brillando y su estandarte en alto hasta que se logre la victoria".
La elección de Qassem se produjo luego de que las Fuerzas de Defensa de Israel acabaran no sólo con el número uno de Hezbolá, Hassan Nasrallah, sino también con el hombre que era señalado como su sucesor, Hashem Safieddine, que fue asesinado en un ataque posterior con misiles en El Líbano.
Quién es Naim Qassem, el nuevo líder de Hezbolá
Qassem nació en 1953 cuando su familia ya se encontraba instalada en Beirut, la capital de El Líbano. Originariamente el clan es del pueblo de Kfar Fila, en la frontera con Israel, y como muchos jóvenes a mediados y fines del siglo XX le tocó ver de cerca la Revolución Islámica en Irán, en los setentas.
De hecho, Qassem fue militante del movimiento chiita libanés Amal, pero dejó el grupo en 1979, tras la Revolución Islámica de Irán. Apenas tres años más tarde sería uno de los fundadores de Hezbolá, en 1982.
Para cuando Nasrallah asumió el liderazgo de Hezbolá, en 1992, Qassem ya llevaba un año como secretario general adjunto de la organización, y se convirtió en el encargado de coordinar las campañas electorales para ganar asientos en el Parlamento.
Más de tres décadas después, y a partir de la muerte de Nasrallah, Qassem reapareció en los medios para pronunciar al menos tres discursos, incluido el del 8 de octubre pasado , cuando abogó por un "alto el fuego" en la Franja de Gaza, y remarcó que el conflicto entre Hezbola e Israel es una guerra sobre "quién llora primero" en la que su gente "no llorará primero".
Además aseguró que "las capacidades de la agrupación están intactas a pesar de los dolorosos golpes de Israel", a la vez que afirmó que apoya "los esfuerzos del Presidente del Parlamento (del Líbano) para garantizar un alto el fuego", en referencia a Nabih Berri.
A diferencia de Nasrallah, Qassem no es descendiente del profeta Mahoma, por lo que usa un turbante blanco.
En sus dos discursos anteriores Qassem afirmó que Hezbolá seguiría luchando contra Israel "en solidaridad con los palestinos" y dijo que la organización está haciendo "lo mínimo" por su aliado político. "Sabemos que la batalla puede ser larga", destacó.
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