ARTICLE AD BOX
El protagonista de Irreverent (reciente estreno de Universal) no predica como Sean Penn en No somos ángeles, ni sabe de gospel como Whoopi Goldberg en Cambio de hábito, ni tiene la estampa de Moria Casán en Con pecado concebidas. Es, sin embargo, el último federado del club de delincuentes que encuentran refugio a los fórceps en la fe cristiana. O, mejor dicho, el camuflaje puede servir de epifanía.
Tras estar involucrado en la muerte de un capo mafioso, Paulo (interpretado por Colin Donnell) debe huir de Chicago hasta los arrecifes australianos donde, por gracia divina, lo confundirán con el ministro de una Iglesia.
Bajo la identidad de Mackenzie Boyd, el bandido deberá dar misas, ostias y evitar atraer la atención en la tierra de los koalas. El ingrediente novedoso en el plato es esa tonada aussie tan afín al andar en patas. “Mi personaje se transforma en un instante. Tiene esta habilidad que le fue muy útil en su vida anterior: poder ser quien fuera que necesitara ser en cualquier situación. Fue divertido jugar con eso en las escenas y pensar: ¿con quién está hablando y quién necesita ser ahora? ¿Es amenazante? ¿Es encantador? ¿Hace bromas?”, agregó su protagonista.