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La producción industrial manufacturera profundizó su caída en junio, al retroceder 20,1 por ciento interanual, según informó el Indec. En términos acumulados el deterioro fue del 16,1 por ciento en el primer semestre, mientras que si se compara contra el mes inmediatamente anterior anotó una contracción del 1,6 por ciento. La recesión en el sector no deja lugar a dudas. Las ramas de la actividad más golpeadas fueron las más avanzadas (como la fabricación de equipos informáticos y maquinaria en general), las vinculadas con la construcción pública y residencial (asfaltos, muebles y colchones, cemento) y las que abastecen a la industria pesada (siderúrgica).
La producción industrial, eje de cualquier estrategia de desarrollo nacional contemporánea, tambalea en Argentina gracias a la recesión autoinfligida por el gobierno de Javier Milei. El sector industrial produjo un 20,1 por ciento menos en junio de este año contra igual mes del año anterior, cuando empezaba a recorrer un camino descendente pero no comparable en magnitud (la caída en el año fue de 1,8 por ciento). Se revierten así los buenos años de crecimiento que siguieron la pandemia, e inclusive si se compara con los niveles pre-pandemia la actividad en el sector todavía es más baja.
Esta crisis tiene un correlato en el desempleo, los salarios y la pobreza. Indicadores críticos para el Gobierno.
La economía se achica y va dejando gente afuera. En el primer semestre del año la caída acumulada fue del 16,1 por ciento. Esta se vio liderada por un conjunto de ramas sensibles para la actividad industrial, en primer lugar algunas de las más tecnológicas, como equipos y aparatos de informática, televisión y comunicaciones, y componentes electrónicos que cayeron 61,5 por ciento interanual acumulado. En segundo lugar se destaca, en este grupo, la contracción en la fabricación de maquinaria agropecuaria, esto pese al repunte del agro en comparación con el 2023 de sequía. Desde Indec informaron que la baja del 40,9 por ciento acumulada responde a “una contracción en el mercado interno, como a inconvenientes en el abastecimiento de componentes importados”.
Los aparatos de uso doméstico acumularon en junio una caída del 38,9 por ciento debido a una menor demanda interna de heladeras, freezers, lavarropas, secarropas, cocinas, etc.
En segundo lugar, se observa una fuerte contracción de sectores vinculados a la construcción, a saber: asfalto cayó 50,5 por ciento en el primer semestre del año, es decir, se produce la mitad de lo que se fabricaba un año atrás. Muebles y colchones que está vinculado en buena parte con la construcción residencial se ubicó 38,04 por ciento más abajo respecto al primer semestre de 2023. Los artículos de cemento y de yeso cayeron 34,2 por ciento interanual en el semestre, y el cemento a secas un 31 por ciento.
Por último, también se advierte una importante caída de los sectores que abastecen a la industria en general, entre ellos se destaca la fabricación de carrocerías, remolques y semirremolques con una pérdida del 38 por ciento interanual acumulada “ante la demanda interna de ciertas unidades destinadas al transporte de carga general de mercaderías y al sector agropecuario”, informó el Indec.
También sobresale la siderúrgica con una baja del 34,6 por ciento interanual, un sector que acusa la caída en la demanda de la construcción, el complejo automotriz, las máquinas e implementos agrícolas y los fabricantes de electrodomésticos, entre otros. Días atrás en el Congreso siderúrgico ACO se escuchó a Paolo Rocca, presidente de la líder local y mundial Tenaris, quejarse porque los costos de producción le impedían competir con China. El apoyo de Rocca a la reforma laboral que impulsa Milei es total, sin embargo, se ahorra críticas respecto de la baja en las ventas asociada a la recesión doméstica.
Detrás de las metálicas básicas aparecen otros dos sensibles para la producción doméstica, los tejidos y acabados de productos textiles cayeron 27,8 por ciento en la primera mitad del año y la producción de vehículos un 25,3 por ciento.
En la otra punta de este listado, dos sectores también relevantes para la estructura productiva doméstica, como son la molienda de oleaginosas (24,5) y la fabricación de agroquímicos (14,8 por ciento) lideran las tasas de crecimiento.
Como se dijo varias veces ya, el deterioro en el sector es solo comparable con la crisis en la pandemia. La industria volvió a retroceder y a ubicarse por debajo de los niveles pre-pandémicos inclusive. A su vez, en términos intermensuales no se atisba recuperación alguna: el retroceso de 1,6 por ciento fue la cuarta caída intermensual consecutiva y la tercera más relevante en el año.