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Desde Cali, Colombia
La Vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez, detalló los logros y desafíos de su gobierno frente a los ataques constantes de la derecha, subrayando avances históricos en justicia social, como la entrega de tierras en el Cauca, políticas de igualdad y género y la expansión de la educación gratuita. En diálogo con Página/12 Márquez habló del rol crucial de Colombia en la agenda global de reparaciones y el protagonismo de las comunidades afrodescendientes en la COP16. Además, lanzó una advertencia contundente sobre el racismo sistémico en América Latina y llamó a la unidad progresista para enfrentar el avance de la ultraderecha.
-¿Cuáles han sido los desafíos que ha enfrentado el gobierno del cambio frente a los constantes ataques de la derecha?
-Hemos tenido bastantes desafíos, pero también acciones muy importantes para las promesas de cambio y de transformación de este gobierno. El primer desafío es devolverle la dignidad a este pueblo colombiano. Y eso pasa por la paz, por la justicia social. Así que todas las acciones de este gobierno van enfocadas a la justicia social y en eso hemos tenido avances importantes. Por ejemplo, en términos de la tierra, en estos días estuve en el norte del Cauca entregando unos predios para la población campesina afrocolombiana y para la población indígena, que han estado en ese departamento en muchas situaciones de conflicto, viviendo unas inequidades y desigualdades enormes. Así que hoy poder ir y decirle a la comunidad: “Aquí tienen tierra para que la cultiven, para que eso empiece a transformar la realidad de ese territorio”, ha sido muy importante. Tenemos desafíos en la educación. La principal bandera de este gobierno es la educación. Y entonces hoy poder decirle a la juventud, hay cupos de educación gratuita, decirle a la comunidad, estamos llegando a los territorios con “Universidad en tu territorio”, eso es un cambio, una transformación. Creamos el Ministerio de la Igualdad y la Equidad. Esto ya es una nueva institucionalidad. Es una realidad. Existe. Tiene un desafío y es que por temas de un procedimiento la Corte Constitucional lo declaró inexequible así que nos toca volver a presentar al Congreso el proyecto. Pero es una institucionalidad que en estos dos años va a avanzar en profundizar acciones que contribuyan a sacar a la población más vulnerable de este país de la inequidad y desigualdad, acciones que tienen que ver con detener el hambre, acciones que tienen que ver con salvaguardar la vida de la juventud a partir del programa Jóvenes en Paz, acciones que tienen que ver con la garantía de los derechos de las mujeres y entonces autonomía económica para las mujeres, así como el “Programa Salvia” que busca proteger a las mujeres o brindar garantía a las mujeres frente a las violencias basadas en género. Acciones como los programas de cuidado en este país. Hoy ya tienen un sistema nacional de cuidado, estamos sacando la política para ese sistema.
-La agenda global de reparaciones ha cobrado relevancia en los últimos años ¿Cómo se inserta Colombia en esta conversación?
Esto no es una cosa que empieza hoy con nosotros. Creo que hay que reconocer los esfuerzos del movimiento afrodescendiente, del movimiento panafricanista, de los movimientos negros que a lo largo del mundo han venido demandando justicia, han venido demandando la restauración de su dignidad como pueblos y como humanidad. Entonces esto no empieza con nosotros aquí, es un camino de largo aliento que se ha venido haciendo y lo que hemos hecho nosotros es contribuir a ese camino que ya se viene tejiendo. El pueblo, el pueblo negro, el pueblo afrodescendiente ha venido empujando desde mucho tiempo atrás, creo que es un momento donde esa voz y ese grito desesperado de los pueblos pidiendo justicia empieza a escucharse. Y empezamos a poner la voz poniéndole un poquito más de volumen, amplificando, así para que la voz se siga extendiendo. Pero sobre todo, para que el debate sobre las reparaciones históricas en razón a los efectos y las consecuencias de la esclavitud, del racismo, del colonialismo, pues tengan asidero en algún lugar y por lo menos empiece a discutirse y se asuma. La necesidad de ese cambio es, sin dudas, una apuesta de humanidad. La esclavitud, un crimen de lesa humanidad, es una deuda que está pendiente en términos de la justicia para una población. Es una deuda que hay que empezar a pagarla y que hay que asumirla como Estados, como naciones, como sociedad.
-Cali será sede de la COP16 ¿Cuáles serán los principales desafíos para Colombia como anfitrión? ¿Qué papel jugarán las comunidades afrodescendientes en esta cumbre?
-La COP16 es una cumbre de las partes que se juntan para planificar, para acordar cómo seguir protegiendo la vida y la biodiversidad en el planeta. Colombia hoy es anfitrión, recibimos a más de 120 delegaciones de distintos países. Casi 15 mil personas van a tener presencia aquí en Cali y esto es un orgullo porque esta región del Pacífico es la que tiene mayor población afrodescendiente, con una gran biodiversidad. La quinta más importante del planeta. Entonces también es una gran oportunidad para mostrarse al mundo, una oportunidad para mostrar los saberes y las prácticas tradicionales que pueblos afrodescendientes, indígenas y campesinos han implementado para la conservación de la biodiversidad. Es una apuesta también para que a esta región, mayoritariamente ocupada por población afrodescendiente, se la ponga en el foco internacional y se puedan fortalecer las prácticas de conservación de todos esos ecosistemas. Sabemos que hay una ausencia en el convenio de diversidad biológica sobre la presencia de la población afrodescendiente. Entonces estamos liderando junto a Brasil el reconocimiento del pueblo afrodescendiente, sus territorios, sus aportes y la necesidad de los recursos económicos para seguir fortaleciendo y seguir sosteniendo esa biodiversidad que en esos territorios existe. En términos de territorio, sería un plan de conservación en todo el planeta.
-El racismo en América Latina es un fenómeno velado. ¿Qué le decís a aquellos que se atreven a decir “el racismo es algo de otros lados, es algo de Estados Unidos”?
-El racismo sistémico se camufla de distintas formas y se expresa también de distintas formas, así que yo creo que las condiciones de vida en las que vive la población afrodescendiente del mundo, no solo aquí, en la mayoría de los lugares del mundo, la mayoría vive en condiciones de inequidades, desigualdades estructurales que no se dan porque no tengamos capacidades, se dan porque hay un sistema que define las condiciones en que los afrodescendientes y las afrodescendientes deben vivir. Ese sistema pues es un sistema diseñado por una estructura hegemónica de poder que se impone sobre la vida de la gente y sobre el bienestar. No hacemos comparaciones. Racismo es racismo, sea sutil o sea agresivo, es racismo. Y al final, sutil o no, mata.
¿Qué desafíos tenemos por delante los pueblos latinoamericanos ante el avance de la ultraderecha?
Valoro el esfuerzo que han hecho los movimientos progresistas por ocupar el poder, por ir de la resistencia al poder, con desafíos grandes, porque tenemos poder, tal vez político, pero hay otros poderes que todavía no ocupamos, que se hace necesario. Lo otro es que necesitamos dejar de ser tan sectarios, como movimientos alternativos y pensar más en el bienestar de la gente. Es necesario pensar cada acción en función del bienestar de la gente porque es la razón de ser nuestra, aquí. Y los otros engañan, manipulan, dicen mentiras, juegan con la necesidad de la gente. Entonces nosotros tenemos que hacer la diferencia. Eso es lo que va a permitir sostenerse en un mundo globalizado, en un mundo donde a través de las redes sociales y de los medios de comunicación, se desinforma bastante. Y no estoy estigmatizando a todos los medios pero en gran parte los medios hegemónicos de comunicación desinforman a la gente. Un poco como decía Malcolm X, tengan cuidado con los medios que hacen amar al opresor y odiar a los oprimidos.