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Alexandre Stoianoglo, supera por una amplia diferencia a la presidenta proeuropea saliente Maia Sandu en Moldavia, según resultados parciales anunciados el domingo, al término de unos comicios marcados por el temor a la injerencia rusa.
Tras el escrutinio del 90 por ciento de los votos, Stoianoglo cosechó un 51 por ciento de votos, frente a 49 por ciento para su rival, anunció por la noche por la Comisión Electoral. No obstante, el bando oficialista aún espera invertir la tendencia gracias a los votos de aquellos que residen en el extranjero.
La jefa de Estado saliente, una economista de 52 años, encabezó con mucha ventaja la primera vuelta de las presidenciales, celebrada el 20 de octubre, pero su oponente, un exfiscal de 57 años, contó con el apoyo de varios candidatos menores.
Sandu, primera mujer en ocupar en 2020 la presidencia de esta exrepública soviética situada entre la OTAN y la esfera de influencia rusa, dio la espalda al presidente ruso Vladimir Putin tras la invasión de la vecina Ucrania en 2022.
Los analistas pronosticaron una reñida batalla en este pequeño país de 2,6 millones de habitantes, similar a la que se vivió la semana pasada en las legislativas de Georgia, otra exrepública soviética, donde el partido gobernante se impuso por estrecho margen.
Al igual que en Georgia, las elecciones han tenido lugar bajo fuertes temores de injerencia de Rusia, que desmiente cualquier interferencia.
A lo largo de toda la jornada, las autoridades denunciaron "provocaciones e intentos de desestabilización".
La policía afirmó que investigaba la supuesta provisión por parte de Rusia de "transporte organizado" hacia Bielorrusia, Azerbaiyán y Turquía, para permitir a electores residentes en su territorio ir a votar a los consulados o embajadas moldavos de estos países.
Igualmente, según la misma fuente, hubo ciberataques y falsas alertas de bomba durante las votaciones en el extranjero.
Alta participación
Este domingo, la tasa de participación fue notablemente más alta que en la primera vuelta, con largas colas en varios lugares y un número récord de votantes en la diáspora.
El país celebró hace dos semanas un referéndum sobre la inclusión en la Constitución moldava del proyecto de adhesión a la Unión Europea, en que el "sí" apenas se impuso con un 50,35 por ciento.
El bando presidencial atribuyó la estrecha victoria a compras masivas de votos y, para tratar de evitar que eso ocurriera el domingo, intensificó su campaña en redes sociales y en los pueblos.
Stoianoglo, por su lado, hizo campaña con un lenguaje sin asperezas y con un vocabulario en el cual las palabras rusas se entremezclabann con la lengua oficial rumana.
Prometió ser "el presidente de todos" y negó "tener relaciones con el Kremlin" o cualquier implicación "en fraudes electorales".
Depositó su voto junto a su mujer y su hija y declaró que buscaba un país "que no pida limosna, sino que desarrolle relaciones armoniosas tanto con el este como con el oeste".
Extremadamente polarizada
Esta exrepública soviética, independiente desde 1991, está extremadamente polarizada.
En la capital, Chisinau, y en la diáspora predominan los simpatizantes de la causa europea; las zonas rurales, así como en la zona separatista de Transnistria y en la región autónoma de Gagaúzia, están más volcadas hacia Rusia.