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Este miércoles, como viene ocurriendo con alarmante frecuencia, la Línea Sarmiento volvió a colapsar. Desde temprano, miles de usuarios quedaron varados por fallas en el obsoleto sistema de señales, dejando el servicio limitado entre Liniers y Moreno. La Unión Ferroviaria (UF) no tardó en denunciar lo que para los trabajadores es una consecuencia directa de las políticas oficiales: “El vaciamiento colapsa el servicio”.
El desperfecto, informado oficialmente por la Dirección General de Seguridad en Medios de Transporte, comenzó pasado el mediodía de este miércoles y se extendió hasta pasadas las 18. Según comunicó el Subgerente de Seguridad de la línea, Roberto Fernández, la falla técnica afectó el tendido entre Caballito y Once, el tramo más crítico del recorrido. Por ese motivo se ordenó cerrar el hall central de Once y limitar el servicio entre Liniers y Moreno. Finalmente, el funcionamiento fue restablecido horas más tarde, aunque sin una solución de fondo para un sistema que acumula décadas de desinversión.
Vaciamiento, desinversión y maniobra privatizadora
La UF denunció que la falla no es un hecho aislado, sino consecuencia de décadas de desinversión y una política de vaciamiento que se profundizó bajo la gestión de Javier Milei. “Gobierno tras gobierno se han negado a invertir o lo hicieron mal, mezclando tecnologías incompatibles. Pero este gobierno directamente desmantela, recorta personal técnico y vacía organismos de control como la CNRT”, advierten desde la Comisión de Reclamos del Sarmiento.
El gremio sostiene que el Ejecutivo busca forzar el deterioro del sistema ferroviario estatal para justificar su privatización. La referencia es inevitable: bajo gestión privada, con TBA y los Cirigliano, el país sufrió la tragedia de Once en 2012, donde murieron 52 personas y más de 700 resultaron heridas.
Advertencia sindical y cambios en Trenes Argentinos
Desde la UF reiteraron su histórica demanda de reestatización total del sistema ferroviario, integrando carga y pasajeros bajo una empresa estatal gestionada por sus trabajadores, como única vía para garantizar seguridad y eficiencia.
En paralelo a la crisis operativa, el gobierno oficializó cambios en Trenes Argentinos. Gerardo Boschin, ex gerente de ARSAT, quedó al frente de Trenes Argentinos Operaciones, mientras Leonardo Fabián Comperatore asumió en Trenes Argentinos Infraestructura. Los salientes Matías Galparsoro y Marcelo Krajzelman continuarán--según aclararon en un comunicado-- en roles técnicos.
El recambio se da en plena Emergencia Ferroviaria, declarada en marzo, que lejos de revertir el deterioro, sirvió para recortar fondos sin resolver el desastre estructural del sistema.
Mientras tanto, los pasajeros del Sarmiento, casi 300 mil usuarios diarios, siguen a merced de un servicio inestable y riesgoso. Cada día, un viaje convertido en lotería. Y cada demora, un recordatorio brutal de que sin inversión y sin control, el tren estatal en crisis no es casualidad: es una decisión política.
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