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La primera vez que Luis Salinas entró a un teatro para escuchar música en vivo fue a un concierto de Dino Saluzzi en el Teatro Alvear. Casi cinco décadas después, el guitarrista argentino reconocido a nivel mundial tocará por primera vez en el clásico recinto ubicado en Corrientes 1659. “El Alvear es el primer teatro que yo pisé, pero nunca toqué ahí. Tiene una carga poética importante, porque voy a tocar con mis hijos y voy a presentar un disco que está dedicado a la memoria de la mamá de Juan, Silvia Alegre, que se nos fue hace tres años”, cuenta Salinas sobre el disco quíntuple Hay que seguir (2024), que presentará este viernes 14 de marzo a las 21. “Por eso se convirtió en el disco más importante de mi carrera”, dice sobre este trabajo monumental con 46 canciones que, de alguna manera, resume toda su trayectoria artística.
En una velada especial, el artista oriundo de Monte Grande presentará en vivo todas las canciones de los cinco discos que forman parte de su nueva obra, una propuesta integral que abarca su pasado, su presente y su futuro. Como si se tratara de cinco movimientos, Hay que seguir incluye los discos Solo guitarra, Los Salinas, Música argentina, Latin 1 y Latin 2. “No es un disco comercial, pero musicalmente es lo que me interesaba mostrar”, dice. Entre versiones de clásicos y canciones propias, con una impronta acústica e intimista, Salinas recorre el latin jazz, el folklore argentino, el tango y la música folklórica latinoamericana. Y lo hace con un estilo que construyó a lo largo de los años: una mezcla de virtuosismo y simpleza, con la sensibilidad a flor de piel y la música como protagonista.
“Cuando era chiquito escuché a Paco de Lucía en el tema 'Entre dos aguas' y quería hacer eso. Porque el tipo combinaba swing, técnica y sentimiento”, dice Salinas sobre su propia forma de tocar, que tiene tanto de técnica como de emoción. “El manejo del instrumento te puede llevar toda la vida, porque la guitarra es una cosa indomable. No hay músicos más importantes que la música. Con el tiempo te das cuenta que vas aprendiendo. Y al final, terminás tocando lo que la canción te pide”, sostiene el músico de 67 años. “La estrella es la música; el mejor maestro es la propia canción. Porque el ego mata al músico y a la música. Y si no disfrutás, no sirve de nada. La música no es una competencia, hay que compartir y disfrutar. Los artistas están en el mundo para sentir y hacer sentir. Si uno logra eso, ya se puede ir a dormir tranquilo. Uno tiene que tocar lo mejor que pueda, pero siempre con honestidad. El compromiso principal es tocar lo que sentís”.
-¿No es un poco osado publicar un disco quíntuple en tiempos de singles?
-No estoy con ninguna compañía discográfica. De Solo guitarra para acá casi siempre fui el productor de mis discos y me guié por lo que necesitaba tocar, sea largo o corto. Así se fueron dando las cosas, no lo hice pensando en ganar un Gardel o estar en un Grammy. Hago los discos por necesidad. Cuando hice el disco Clásicos de la música argentina. Y algo más (2007) grabé 64 temas. Siempre me dejé llevar por las ganas. Este nuevo disco es un repaso de lo que hice en todos estos años, el hoy y lo que viene, que son mis hijos, Rita y Juan. Además, hace nueve años no publicaba un disco.
-¿Se puede pensar como una síntesis de tu carrera musical, entonces?
-Sí, tranquilamente. Un amigo me dijo: "Acá está tu vida". Y es un poco así. Cada tema está por algo. "Hay que seguir" es una canción que le hice a Silvia Alegre, la mamá de Juan. Cuando la tocaba en vivo la gente se enganchaba y era como una forma de llamarla, yo sentía que estaba con nosotros cuando la tocábamos. El tema es largo porque no queríamos dejar que se fuera. Es tan fuerte el tema que decidí que sea el nombre del disco. Porque es así, hay que seguir.
-Además la emoción está muy presente en Los Salinas, el disco en el que canta tu hija Rita y toca la guitarra Juan, ¿Qué significa grabar con tus hijos?
-Siempre pensé que la música es una energía espiritual, no son solo notas, hay muchas cosas detrás. Yo no creo mucho en la iglesia, pero sí creo mucho en Dios. Y cantar con mis hijos es un regalo de Dios maravilloso. Mi hermana una vez me dijo: "Vos le diste tanto a la guitarra y a la música que Dios te regaló los hijos que tenés". Porque podrían dedicarse a otra cosa, pero les interesa la música. Uno lo que quiere de los hijos es que sean sanos y felices. Y que pase esto es un regalo de Dios. Rita también me dijo algo que me emocionó: "Papá, ¿tocar la guitarra es como cantar con las manos, no?".
-El disco en general tiene canciones propias y versiones, como se refleja en Música argentina, en el que grabás obras de Yupanqui, como "Quiero ser luz" o "La añera". ¿Cómo seleccionás el repertorio para interpretar?
-No lo pienso, yo toco. Después, en todo caso, el pensamiento viene cuando tengo toda la música y veo cómo armo la historia. Siempre dejo que la música me lleve. En este caso tenía algo pensado, pero dejé que pase en el estudio. En Latin 2 hay temas que se repiten porque hay versiones distintas. Hacía mucho tiempo que no grababa, por muchas razones. Estaba casi resignado porque se necesita dinero para grabar un disco. Resulta que fuimos a tocar a San Juan y me llamó un productor de San Luis para tocar allí. Y en San Luis me invitaron a grabar en el estudio La Casa de la Música. Ahí grabé canciones mías como "Zamba tonada" y "A Mendoza". Siempre hay que dejar que la música nos lleve. El verdadero creador no busca, encuentra. Y eso me crea una adrenalina hermosa. En este disco fui en búsqueda de la sencillez y lo real. Siempre trato de ir a la esencia de cada música, por eso me crié escuchando de todo. Lo primero que toqué fue un chamamé. Y tuve la suerte de conocer a referentes de cada género, como Carlos Santana, Mercedes Sosa, Jaime Torres, B. B. King o Rubén Juárez.
-¿Cómo ves el estado de la cultura actual en este presente político?
-No me gusta hablar mucho de política, pero la cultura en general no está muy apoyada en este momento. Un día el papá de Lito Vitale me dijo: "La música se debería vender en las farmacias, porque es curativa". Y creo mucho en eso. Es un tiempo difícil en el mundo también, hay dos guerras y parece que no pasara nada. Me duele mucho eso, porque las guerras no sirven para nada. Y acá en Argentina está muy difícil el tema porque se están deshumanizando muchas cosas y el dinero está manejando todo. Pero estamos los que creemos en otras cosas. El dinero tiene que acompañar, no tiene que ser lo más importante. Yo creo que la cultura es muy importante porque es lo que representa a un pueblo. Tiene que estar presente nuestro folklore y también incluyo al rock nacional. Todo es folklore nuestro, el rock y tango también. Hay que mostrarlo y salir. Si uno lleva nuestra música al mundo, la gente de otros países van a querer venir acá. Para ver de dónde sale una chacarera o la música maravillosa que hizo Jaime Torres, por ejemplo. Si la música sale al mundo, genera trabajo y turismo.