ARTICLE AD BOX
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, llamó a su par de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, a pronunciarse sobre el veto del gobierno brasileño que bloqueó la entrada de su país a los Brics. "Yo prefiero esperar a que Lula observe, esté bien informado de los acontecimientos, y él como jefe de Estado, en su momento, diga lo que tiene que decir", expresó Maduro. Las relaciones entre Venezuela y Brasil no pasan por su mejor momento después de que Lula, sin ser tan explícito como otros líderes de la región, le reprochara a Maduro que todavía no haya presentado pruebas de su triunfo en las últimas elecciones.
"Un poder dentro del poder de Brasil"
Durante su programa semanal en la televisión estatal, el mandatario venezolano evitó responsabilizar directamente a Lula y apuntó contra funcionarios de la cancillería de Brasil por el veto ocurrido en la cumbre de países emergentes, que tuvo lugar entre el 22 y el 24 de octubre en Kazan, Rusia. "Itamaraty ha sido un poder dentro del poder de Brasil durante muchos años. Siempre ha conspirado contra Venezuela", manifestó Maduro.
"Es una cancillería muy vinculada al Departamento de Estado de Estados Unidos desde la época del golpe de Estado contra (el presidente brasileño) Joao Goulart", en 1964, agregó el presidente venezolano, quien remarcó: "De hecho, hay una ideología muy antibolivariana allí, muy antivenezolana. Y en este momento se ha expresado nuevamente, así de simple".
"Una reacción desproporcionada"
Viejo aliado de Maduro y de su antecesor, el fallecido Hugo Chávez, Lula marcó distancia con el mandatario venezolano desde su reelección el 28 de julio, que la oposición rechaza. El excanciller Celso Amorim, asesor de Lula, dijo este martes que "la reacción de Nicolás Maduro, atacando a Lula y a Itamaraty, es desproporcionada", y señaló que "el principal interés de Brasil es evitar que Venezuela se convierta en el foco de rivalidades geopolíticas que amenazan la paz en América del Sur".
Durante la comisión de Exteriores del Congreso de Brasil, Amorim indicó que "Brasil está abierto a contribuir, por eso hemos tratado de preservar la capacidad de diálogo con las dos partes (oficialismo y oposición)". Días atrás Amorim dijo al diario O Globo que el veto respondía a una "ruptura de confianza", y recordó que Maduro prometió a su par brasileño difundir el escrutinio detallado de los comicios, cosa que aún no hace la autoridad electoral.
Un lugar muy codiciado
El bloque de los Brics se fundó en 2009 con cuatro miembros: Brasil, China, India y Rusia, como contraposición al G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido). Sudáfrica se unió en 2010 y Etiopía, Irán, Egipto y Emiratos Árabes se sumaron este año. Entre los 13 países que fueron aceptados como asociados están Cuba y Bolivia, pero no Nicaragua, que también aspiraba a serlo y que, según algunos medios, también recibió el veto brasileño.
"Hay que esperar resultados de los esfuerzos propios, nunca depender de nadie, llámese como se llame, sea quien sea. Nosotros no dependemos de Brasil para nada, ni de nadie", dijo Maduro, quien adelantó que seguirá insistiendo en el ingreso de Venezuela a los Brics: "Así somos nosotros, rebeldes. Si nos dicen: 'usted no puede ir para allá', para allá voy".
Al término de la última cumbre, el gobierno de Maduro calificó el veto de Brasil como un "gesto hostil" y una "agresión" contra los intereses de la nación. En un comunicado, la Cancillería venezolana expresó que con este veto se está "reproduciendo el odio, la exclusión e intolerancia promovidos desde los centros de poder occidentales para impedir, por ahora, el ingreso de la patria de Bolívar a esta organización".
El ministro de Interior y Justicia venezolano, Diosdado Cabello, afirmó que la posición de Brasil lo debilita y, en cambio, fortalece al país petrolero. El también primer vicepresidente del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) señaló que a Brasil le tocará "sacar las cuentas de las consecuencias" de esta decisión y consideró que impedir la membresía de Venezuela fue un "ataque directo" a los Brics porque, con el país caribeño, el bloque tendría el "60 por ciento de las reservas petroleras del mundo".