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Una megatormenta azotó en las últimas horas una vasta región de los Estados Unidos, dejando en su camino daños incalculables y al menos 17 personas muertas y decenas de heridos, en su mayoría del estado de Missouri.
Los vientos huracanados dejaron heridos y destruyeron edificios y viviendas también en los estados de Arkansas y Texas, donde se produjeron lluvias intensas y nubes de polvo que provocaron accidentes viales fatales en la región de Amarillo.
Al igual que Texas, Oklahoma también enfrenta una doble amenaza: incendios forestales avivados por los fuertes vientos, con más de 130 focos de fuego se registraron en todo el estado, avivados por el viento y una sequía extrema, obligando a las autoridades a desplegar operativos de emergencia.
El sistema de tormentas continúa su avance y afecta a más de 100 millones de personas en distintos puntos del país, reportándose tornados en el centro de Estados Unidos, con un riesgo máximo en los estados de Mississippi y Alabama, al menos hasta el domingo.
En total, ya se contabilizaron 25 tormentas de gran magnitud y poder destructivo, mientras las ráfagas de viento también causan apagones masivos en Texas, Oklahoma, Arkansas, Missouri, Illinois e Indiana, dejando a más de 260.000 usuarios sin suministro eléctrico.
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Mientras tanto, en la región norte del país, las condiciones climáticas extremas incluyen vientos en Minnesota y Dakota del Sur, con acumulaciones de nieve de hasta 30 centímetros y ráfagas que podrían alcanzar los 97 km/h, generando condiciones de tormenta blanca.
Incendios voraces en Texas y Oklahoma
Como ya se informó, las llamas no dan tregua en el Panhandle de Texas y diversas áreas de Oklahoma, donde una serie de incendios forestales se expanden con rapidez debido a la combinación de sequía extrema y vientos intensos.
Los primeros reportes indican que varias viviendas en Oklahoma han sido arrasadas por el fuego, mientras que en Texas al menos tres personas perdieron la vida en accidentes vinculados a la crisis, según informaron autoridades locales.
"Es preocupante la velocidad con la que estos focos se generan y se propagan", señaló Rich Otto, meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional. “Es difícil llevar la cuenta. Pasa una hora y ya hay media docena de incendios nuevos”.
Para la tarde del viernes, la mayor concentración de siniestros se ubicaba en el centro-este de Oklahoma, especialmente en las afueras de Oklahoma City. “El problema es que las llamas están avanzando sobre zonas densamente pobladas”, advirtió Otto.