Micaela Chauque: "Tenemos que volver a encontrarnos"

hace 14 hour 1
ARTICLE AD BOX

Cuando Jallalla, su tercer disco solista, obtuvo en 2019 el premio Gardel en el rubro Mejor Álbum de Folklore de artista femenina, sabía su autora –Micaela Chauque- que sería un disco bisagra. Un poco porque el cetro la colocaba en un lugar preeminente dentro del amplio y diverso mundo de las músicas folklóricas argentinas, y otro poco, porque había salido airosa de una importante transformación personal. De interpretar solo música instrumental, tal como muestran Instrumental de la Quebrada, y Quenas y sikus en vivo, sus dos discos anteriores, había pasado a cantar. A colocar su voz en creaciones propias. 

“Fue un poderoso cambio, que incluso conllevó todo un trabajo previo para poder convencerme de que podía cantar”, sostiene la aerofonista salteña.Jallalla, de hecho, es una expresión que significa fuerza, energía positiva. Marca que todo aquello que se desea se puede cumplir si uno lo desea con fuerza, y en comunidad. Es una expresión que se dice cuando estamos juntos, entre todos”.

Tiene sentido actual lo dicho, porque justamente la próxima presentación de la vientista que supo acompañar a Divididos y a Jaime Torres (jueves 21 noviembre a las 21 horas en El Centro Cultural Torquato Tasso, Defensa 1575) tiene como propósito despedir el disco que la ubicó en eje, y mostrar parte de Corazón de agua, el próximo. “Además de hacer canciones propias, estoy creciendo como productora musical. Esto implica una transformación muy grande para mí, porque siempre he sido intérprete de quenas y sikus, y ahora también puedo crear ideas musicales propias”, asegura la compositora y coplera, cuyo recital gozará de dos momentos a la orden. Uno, destinado a recrear los diez temas de Jallalla, y el otro, a estrenar en público ciertas piezas del trabajo por venir. “La intención, como dije, es mostrar la transformación, el cambio entre ambos discos. La Bruja Salguero, la Ferni y la banda de sikuris Pura Vida serán mis invitados, y Mallku Cruz Machaca en guitarra más el percusionista Mariano Velardi, mi banda”, informa ella.

-¿En qué sitio de la música popular argentina en general te ubicás hoy, tras todos estos cambios que señalaste?

-Bueno, esto es toda una historia personal ¿no? Yo nací en los valles de altura de Santa Victoria Oeste, y lo primero que adquirí fue por supuesto la música tradicional de ese lugar. Cuando iba a la escuela primaria, vivía en medio de un ambiente donde se tocaban cornetas, cajas, quenas, coplas, violines y bombos. Después, llegó el folklore salteño, que es el que me atraviesa, donde entran los ritmos de la zamba, la cueca y la chacarera, la música del Chaco salteño. Y me atraviesan las lenguas, también. Siento que para representar mis expresiones es importante cantar en quechua, algo que además me encanta. Si a esto le sumamos la estética electrofolk, digamos, que define a Tremor o a muchas producciones de Luzmila Carpio, y el rock, que me impresionó mucho desde que conocí y toqué con Divididos, la pregunta está contestada.

Al momento de citar referentes históricos, Micaela ubica en el centro de su memoria a Uña Ramos, el aerofonista jujeño fallecido en París hace diez años. “Él me ha construido, me ha formado para poder interpretar estos instrumentos de viento, en particular porque es un hombre humahuaqueño que ha triunfado en Europa y que ha recorrido el mundo tocando este instrumento. Fue el único hombre indígena que ha trascendido en la escena de la música popular, en el mundo. Lástima que no se lo haya reconocido de esa manera aquí”.

-Se supone que Uña no es único en vos…

-Nooooooo (risas). Sin dudas está en mí también Mercedes Sosa. No solo en mí, sino en todas las cantoras argentinas. A todas nos marca. En lo que a mí concierne, me tocó reconocer la magnitud de su obra estando de gira por Europa. Fue a partir de esos viajes cuando empecé a entender que la música argentina en sí estaba atravesada por la voz de Mercedes. Después, bueno, la composición y la filosofía del maestro Atahualpa Yupanqui, que también ha interpretado muchas obras de música norteña. Cuando hago giras por Europa me encuentro conque muchos de los escenarios que estoy habitando ya los habitaron ellos. Es un orgullo eso.

-¿Cómo te estás acomodando ante este desastre que es culturalmente el país hoy?

-Yo lo que pienso al respecto es que hubo un quiebre cultural que se dio en la pandemia, y que a partir de ahí, los jóvenes ya no se conectan como antes. Han cambiado las relaciones, los vínculos y, como lo que hacemos nosotros es música, nuestra intención es volver a reencontrarnos con la gente para que entienda, sienta y pueda percibir con el cuerpo, el corazón y las emociones lo lindo que es encontrarse en persona, y escuchar música en vivo. Va a llevar su tiempo, pero es posible. Es lo que hago.

-Cómo música, y también como organizadora de encuentros que buscan ese fin. A propósito, ¿se vuelve a hacer el “Jallalla Warmi” del que formás parte hace nueve años?

-Sí. El 12 de enero de 2025 se viene la novena edición. Mujeres artistas nos vamos a reunir en Tilcara, para manifestarnos en las calles con nuestras músicas. Esto sí que vale y sirve.

Leer el artículo completo