"Son estafas usuales, lo insólito es que participe un presidente"

hace 4 day 3
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Ezequiel Gatto es Investigador Asistente (LICH/CONICET), docente, doctorado en Ciencias Sociales (UBA) e integra el Centro Ciencia y Pensamiento de la UNSAM donde estudia los efectos de las tecnologías digitales en la imaginación del futuro, incluyendo qué sucede respecto al imaginario futuro del dinero. En diálogo con Página/12 diseciona el insólito episodio de tener al presidente de la Nación, Javier Milei, involucrado en un posible caso de fraude con criptomonedas.

--Lo sucedido deja poco margen para terceras opciones: o fue parte de una estafa o lo engañaron, lo cual demuestra una candidez casi infantil. No es la primera vez que Milei queda pegado a un cripto-chanta.

--Yo no me atrevería a decir nada muy taxativo, porque no es fácil conocer la maraña de cosas que hay detrás, aunque seguramente en estos días nos vayamos enterado de algunos aspectos. Pienso que, a grandes rasgos, o bien Milei no sabía dónde se estaba metiendo resultado de alguna cadena de confianza que le dijo "hacélo", o bien sí sabía y participó activamente de la estafa a cambio de algo. Si no lo sabía, se muestra una ignorancia muy grande sobre lo que estaba pasando y eso denota una irresponsabilidad enorme, que a mi entender también se replica en otras decisiones de este gobierno. Por un lado tienen un discurso tajante y afirmativo con una ilusión de verdades y certezas, y lo cierto es que, con dogmas insensatos e inconsistentes, están produciendo cada vez más caos y desastres. Esta es la primera vez que Milei aparece diciendo que no sabe algo: lo dijo en su tweet. Y gran parte de su imagen pública se construyó bajo la idea de que él es infalible. Lo cual es una tontería. Pero efectivamente, ese discurso ha sido seductor para mucha gente y le sirvió para construir su poder político. Creo que esta especie de reconocimiento de una ignorancia, es un poco el comienzo del fin de Milei, porque todo su edificio dogmático trastabilla. Vemos a alguien que en un sentido general, no sabe de qué decisiones está participando. Y que además, en el mejor de los casos, no sabe qué fue lo que pasó en una estafa de esas características. Sí, al contrario, sabía de la mecánica, su decisión de acompañar a la cripto revela una conducta delictiva. Además, expone al aire libre la opacidad y criminalidad de las tramas financieras a escala global. Son aspectos que quedarán más claros, quizá, en el transcurso de los días.

--Todo esto es parte de una especie de fobia paranoide hacia el Estado.

--Cuando Milei refiere al economista Hayek y se fascina con la privatización de la moneda, está teniendo en cuenta un texto clásico de ese autor escrito en 1976 sobre la desnacionalización del dinero. La política de Milei ataca a la moneda soberana de distintas formas con el objetivo de ir, en algún momento, hacia una privatización de la moneda y hacia la pluralización de las monedas. Se trata de un presidente saliendo a bancar activamente un cripto activo --independientemente de cual haya sido el motivo personal-- sin estar seguro de lo que era. Esto se enmarca en esa estrategia de privatización de las monedas. El argumento era que esta cripto, Libra, serviría para financiar y conseguir recursos para las pequeñas empresas argentinas. Es algo bastante ridículo, viniendo de un presidente que está haciendo absolutamente todo para arrasar a las industrias, en especial medianas y pequeñas. Pero bueno, ese era supuestamente el argumento público, entre inversión a futuro y filantropía. Pero el fondo del gesto, en este aspecto, apuntalar una criptomoneda de estas características, empalma con la estrategia de Milei de una desnacionalización de la moneda y un ataque privatizador, empresarial, a ciertos fundamentos soberanos y públicos que se relacionan con la moneda.

--En el fondo, es una reedición a la velocidad de la luz de la tulipomanía, la primera burbuja económica de la historia que estalló en la Holanda del siglo XVII con la sobrevaloración de los tulipanes. Pero con un rasgo libertario.

--Creo que la ingeniería financiera se ha desarrollado mucho desde aquél momento, en particular lo que tiene que ver con los mercados a futuro y derivados. Es una selva frondosa en la que las expectativas y la imaginación de futuro de acertar un pleno, de ver algo antes que todos los demás, es más importante que antes. Las burbujas son el momento en que una especulación alcana su tope y explota, acá la metáfora sería más bien la del depredador que sorprende a su presa o la de alguien que atrapa al vuelo una oportunidad. Es una figura de lo furtivo la que, a mi parecer, organiza hoy las imaginaciones de futuro ligadas al dinero financiero. Dicho esto, lo que ha sucedido es una conducta bastante habitual en los mercados financieros contemporáneos. Alguien prepara una criptomoneda, en este caso una memeocoin, luego se la infla públicamente de distintas formas y su valor aumenta de repente de manera astronómica. Y en un segundo momento, la revientan para llevarse lo que se pudo acumular y chau, "nos vimos". Me parece que en esto no hay ninguna particularidad en el caso. Lo insólito es que estamos hablando de que un presidente que participa activamente de una criptomoneda fraudulenta y de una operación financiera fraudulenta. Esto es algo que tampoco me sorprende, por un lado porque no es la primera vez que Milei participa de algo así, y por otro porque, en definitiva, él es una expresión del capitalismo tecnofinanciero y anarco, que vino a hacer un trabajo que es, básicamente, la destrucción de distintos niveles de lo común, lo público y lo estatal a través de movimientos de una privatización capitalista (más que meramente de mercado) con tintes aceleracionistas, es decir, en los que capital, poder político y tecnologías se vuelvan elementos indistinguibles entre sí. En ese sentido, en esta ocasión veo a Milei como un agente de una movida más compleja, incluso de una lógica general del capitalismo contemporáneo, de la que el presidente participa activa y deseosamente. Hay una relación intrínseca entre sus viajes a convenciones conservadoras y el affaire Libra; hay una relación consustancial entre “el ajuste más grande de la historia” y lo que pasó con esta criptomoneda. Es un sujeto completamente peligroso para la realidad de los argentinos.

--Es reflejo de un concepto que usted trabaja: la politicidad del dinero.

--Lo que queremos decir con eso es que el dinero es un dispositivo de poder y no meramente un signo o herramienta económica. El dinero, no sólo su uso y circulación sino su producción, participa de relaciones de poder político, social, cultural, técnico. Qué mide el dinero, si es que algo mide, es una discusión centenaria y apasionante, que permite entenderlo como una invención humana que condensa muchas dimensiones, desde la relación con la naturaleza a la imaginación. Su politicidad, entonces, es multifacética. Situaciones como la que estamos presenciando permiten ver mucho de ese espectro: un actor político relevante, como un presidente, una trama de corporaciones y empresas globales operando, un trama tecnológica como internet (sin la cual todo lo que estamos presenciando no sería posible), una operación totalmente arbitraria de crear de la nada una moneda y luego recaudar millones de dólares, sectores de la población subjetivados en una cultura financiera. Todo esto, a nuestro entender, revela aspectos profundos del dinero y su políticidad. Y, quizá sorpresivamente, permite también pensar en otros asuntos, más interesantes y prometedores socialmente, al exhibir el carácter diseñado del dinero. Qué podríamos hacer para rediseñar el dinero argentino y qué lugar puede tener la política en un diseño más osado, políticamente más jugado y más emancipatorio de la moneda, se me aparece como el anverso de esta jugada estafadora que acaba de suceder y que marca un hito en la historia argentina.

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