The End y Durga McBroom: "Pink Floyd anticipó el fascismo del mundo de hoy"

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Desde hace 33 años The End rinde tributo a Pink Floyd. En este tiempo, la banda encabezada por el cantante Gorgui Moffatt supo establecer formas de complicidad con un público cada vez más numeroso, que incluso va más allá de los seguidores de la emblemática banda británica. A través de shows de gran despliegue técnico y depurada puntería musical, The End puso a punto una personalidad precisa, estilo sobre estilo, para convertirse en un clásico para los que entienden a Pink Floyd como un género en sí.

Este viernes 22 The End regresará al Teatro Gran Rex, para ofrecer una antología de canciones de distintas épocas de Pink Floyd, con la cantante Durga McBroom como invitada. “Estoy encantada de volver a ser parte de The End. Son la primera banda que me invitó a compartir nuestro amor por Pink Floyd y los reencuentro siempre con cariño. Es un honor que confíen en mí para recrear correctamente esta importante música. ¡Los amo!”, se entusiasma Durga al comenzar la charla con Página/12.

Cantante y actriz, Durga fue parte de Pink Floyd desde aquella presentación en The Omni, en Atlanta, en 1987. Participó de numerosas giras de la banda –entre otros, estuvo en las noches emblemáticas de Venecia, el palacio de Versalles y el festival de Knebworth– y fue parte del disco Delicate Sound of Thunder. “Volver a contar con Durga como invitada para nuestro show es regresar a un mundo de sensaciones”, interviene Gorgui Moffatt. “Sentimos orgullo por compartir escenario con ella y otros músicos que han sido parte de Pink Floyd. Además, volver a hacer música con quien compartimos códigos expresivos y mantenemos una sensibilidad común es muy importante para hacer música. El conocimiento mutuo es muy valioso para transmitir emociones con las canciones”, agrega el cantante.

Clásicos y eternos

“Lo importante es que juntos logramos recrear la música de Pink Floyd de manera fiel y respetuosa. Los fans exigen y merecen eso”, reflexiona Durga. “En cada show tratamos de ponernos en el lugar del público y desde ahí intentar cumplir con lo que uno quisiera escuchar y disfrutar en vivo”, agrega Moffatt. Por supuesto, se espera una gran presencia de hits. "No hace falta mencionarlos, pero no se puede dejar de pensar en varios temas de discos como The Wall, The Dark Side of the Moon y Wish You Were Here. También incluiremos una selección de joyas de otros discos que disfrutamos mucho tocar y que sentimos que junto a Durga hacemos logrando una muy buena química”, describe el cantante.

“Naturalmente tengo un timbre de voz muy rico y profundo, y eso es lo que hace que todo lo que canto suene denso y exuberante”, comenta Durga. “A David Gilmour le encanta particularmente la parte superior de mi registro vocal, porque eso hace que las voces de fondo suenen completas”, agrega la cantante. “El registro vocal de Durga, además de su color inconfundible, permite afrontar el repertorio de Pink Floyd sin modificar las tonalidades originales. Así que puede entrar y salir de los temas con mucha naturalidad. Con ella vamos a hacer la mayoría de los hits del show y ni hablar de la parte más esperada, que es ‘The Great Gig in the Sky’. Seguramente Durga construirá desde ahí un momento mágico del recital”, se entusiasma Moffatt.

Desde adentro de Pink Floyd

“Ser parte de Pink Floyd me permitió entrar a un mundo completamente nuevo para mí, no solo desde lo musical, también desde lo conceptual”, recuerda Durga. “Siempre que estuve con ellos sentí que estaba en el lugar correcto, en el momento correcto. Era el destino, creo. Estoy muy agradecida por haber sido parte de una banda como Pink Floyd, porque eso me marcó como cantante y como persona. No tendría una carrera sin ellos. Aprendí de los mejores maestros y viajé por el mundo. Pude comenzar mi propia banda y afianzar mis propios proyectos. Les debo todo”, dice Durga.

Años de experiencia y producciones memorables han convertido a The End en una referencia internacional de los tributos en torno a la música de Pink Floyd. Las versiones de The Wall en el Luna Park o The Final Cut en el Estadio Obras, además de las giras internacionales por Latinoamérica y Europa y los continuos regresos al Gran Rex, construyeron una fama que hoy la banda disfruta como una forma de legitimación artística. “Creo que en estos años supimos crear un estilo propio, que tiene que ver con un sano equilibrio entre la fidelidad absoluta a las versiones originales y a su vez sumar nuestra impronta”, asegura Moffatt.

“Nos basamos en el respeto hacia Pink Floyd y en el respeto hacia nosotros como músicos. Eso significa no deformar partes esenciales y conceptuales de la versión original. O sea que intervenimos en las partes que creemos que podemos hacerlo sin que altere el espíritu de la versión original”, aclara Moffatt. “Otro detalle importante de nuestra interpretación es que generalmente reproducimos en forma muy detallada las versiones de estudio. Hay una gran cantidad de detalles de estudio que intentamos reflejar en vivo y para eso somos doce personas arriba del escenario. The End no toca con pistas, cada nota es ejecutada en vivo. Lo único grabado son los efectos sonoros típicos de Pink Floyd como la caja registradora en el tema ‘Money’, o los chicos de ‘Another Brick in the Wall’, además de los efectos de latidos, explosiones y esas cosas”, asegura.

–¿Cómo explican la vigencia de una banda como Pink Floyd?

Gorgui Moffatt: – Increíblemente Pink Floyd sigue teniendo un sonido muy actual. Escuchás The Dark Side of the Moon, que es del año 1973, y tiene un sonido que te parte la cabeza y no parece de esa época. La claridad de conceptos de contenido y musicalidad siguen vigentes. No tengo dudas de que muchos artistas actuales valoran esta música. Se notan las influencias y la herencia. Hay muchos jóvenes a los que esta música les llegó porque sus padres la escuchaban en casa y otros que la descubrieron atraídos por el sonido y por el mensaje.

Durga McBroom: –Es que no solo fueron verdaderos innovadores en lo musical y en lo técnico, muchos de sus temas han ganado relevancia y profundizado su significado con el tiempo. Tomemos The Wall, por ejemplo. Miremos el mundo de hoy. Vivimos un cambio innegable hacia el fascismo y Pink Floyd lo estaba anticipando.

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