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Desde el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca, Joe Biden dio su primer discurso tras la derrota de Kamala Harris, su vicepresidenta y candidata demócrata, ante Donald Trump.
El presidente saliente comenzó su mensaje con una frase que resonó: "Las derrotas son inevitables, pero rendirse es impensable", dejando en claro que, aunque hayan "perdido esta batalla," su espíritu sigue firme.
Citando a su padre, Biden enfatizó que lo que define a una persona es "lo rápido que se levanta frente a las adversidades." Subrayó además que "una derrota no significa que estemos derrotados," en un discurso de poco más de diez minutos.
Promesa de una transición pacífica en Estados Unidos
Biden también prometió una "transición pacífica y ordenada" para que Trump asuma la presidencia el próximo 20 de enero sin contratiempos. Recordó el episodio tras las elecciones de 2020, cuando Trump se negó a reconocer la derrota y alentó un asalto al Capitolio en plena ratificación de los resultados. "El país elige a uno u otro. Aceptamos la elección que el país ha hecho. Uno no puede amar a su país solo cuando gana, ni querer a su vecino solo cuando está de acuerdo con él," expresó Biden, reafirmando que "la voluntad del pueblo siempre es la que manda."
El miércoles pasado, el mandatario saliente llamó a Trump para felicitarlo, dejando en claro que cederá el poder sin resentimientos. "Es lo que el pueblo estadounidense se merece," dijo Biden, y expresó su deseo de que esta elección cierre las dudas sobre la integridad del sistema electoral, alimentadas por el propio Trump. Aseguró además que el sistema es "honesto, justo y transparente."
Un llamado a la paz y la unidad
El presidente también aprovechó el momento para pedir calma tras una campaña electoral que mostró una fuerte polarización en el país. "Algo que espero que podamos hacer, independientemente de a quién hayan votado, es vernos los unos a los otros, no como adversarios, sino como conciudadanos estadounidenses. Bajar la temperatura," instó Biden.
Asimismo, elogió a Kamala Harris, describiéndola como "una compañera" que hizo "un gran esfuerzo" en un momento que calificó de "derrota," pero que "no cabe más que aceptar." Destacó su orgullo por el trabajo de la administración en estos años, señalando que fue una etapa "difícil" y de importancia "histórica."
Finalmente, Biden recordó que "quedan 74 días para terminar el mandato" y que "cada día cuenta," en un aparente último alegato político antes de que los republicanos asuman el control de la Casa Blanca y, previsiblemente, del Congreso, ya que ya aseguraron la mayoría en el Senado.
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