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"Ya se registran nueve meses consecutivos de recuperación salarial", escribió el Ministerio de Economía hace pocos días para festejar la publicación del último índice de salarios del INDEC. Esos datos arrojan que en 2024 los sueldos le ganaron a la inflación por escándalo. En su afán de mostrar una realidad que no existe, el Gobierno sigue utilizando datos sacados de contexto. En ese promedio, por ejemplo, se incluye un supuesto aumento anual del 197% para trabajadores informales, quienes en teoría habrían visto su sueldo triplicarse.
IPC desactualizado, salarios que siguen perdiendo y consumo a la baja
El índice de salarios del INDEC muestra que en 2024 los sueldos aumentaron en promedio un 145%, muy por encima del 117,7% del IPC. Los trabajadores del sector privado registrado percibieron incrementos del 147%, los empleados públicos del 119% y los no registrados del 197%. Esta supuesta recuperación del salario no se ve reflejada en el consumo masivo de los bienes de primera necesidad, como carne (consumo per cápita más bajo desde 1920), leche o yerba, que tuvieron caídas históricas durante 2024.
- Aumento promedio de salarios 2024: 145,5%
- Aumento trabajadores privados registrados: 147,5%
- Aumento empleados públicos: 119%
- Aumento no registrados: 196,7%
- Inflación INDEC 2024: 117,7%
Lo primero que hay que destacar es que este índice es anual y por ende no incluye lo ocurrido en diciembre del 2023, el primer mes de gestión del que el Gobierno recurrentemente se desentiende.
Tras una megadevaluación que provocó un aumento de 118% del dólar y una inflación del 25,5%, los salarios formales perdieron en promedio un 13,2% solo ese mes. La realidad indica que en el acumulado desde la asunción de Javier Milei la gran mayoría ha perdido poder adquisitivo con respecto a noviembre de 2023, época en la que los números salariales ya eran pésimos. Hoy son aun peores.
Otro punto clave es que el IPC está desactualizado. Para medirlo, el INDEC determina ponderaciones según cuánto cree que las familias gastan en cada rubro. Allí se subvalúan los servicios públicos y privados como telecomunicaciones, agua, luz y gas, que es de lo que más ha aumentado con este gobierno. Al mismo tiempo, lo que más peso tiene en el cálculo son los alimentos, que por la recesión y la estabilidad cambiaria han aumentado muy por debajo del promedio general de precios. Un gran contraste es el IPC de CABA, que dio 136,7% en el acumulado de 2024. Muy por encima del 117,7% de INDEC. La tendencia a la baja es real, pero no es tan abrupta como lo muestran las estadísticas oficiales.
"Cuando medís los salarios de 2024 contra la inflación de CABA te da que los privados registrados mejoran casi 5%, el público cae 7% y el promedio entre ambos es casi 0”, asegura Fabián Amico, economista de CITRA (UMET-CONICET) y director del Instituto Estadístico de los Trabajadores de UMET, en diálogo con Página|12. Si se incluyera diciembre de 2023 en el cálculo daría que todos los sectores perdieron fuertemente, situación que no parece que vaya a cambiar, teniendo en cuenta que el Gobierno no autoriza paritarias por encima de la inflación.
Trabajadores informales, los supuestos "beneficiados" del modelo Milei
Como se ve reflejado, ese supuesto 197% de aumento que recibieron los trabajadores informales tira el promedio general muy para arriba. "Son los salarios que más están creciendo", aseguró Milei, falsamente, en más de una oportunidad. Los números de los no registrados salen de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) y tiene un rezago de 5 meses. Entonces lo que muestra son los aumentos salariales de julio, de cuando la inflación era más alta y por ende los aumentos salariales eran mayores que los actuales. Se miden esos antiguos aumentos contra la inflación de diciembre.
Es por eso que existen muchas dudas en cuanto a la metodología para el cálculo. “Nadie sabe muy bien la forma de calcular el salario informal. Es un problema histórico. Yo hablé hace varios años con gente del Ministerio de Trabajo y del INDEC para ver cómo se estimaba y eran muy confusas las explicaciones. Yo ni siquiera lo considero, sólo tomo en cuenta los datos de los registrados”, advierte Amico, que agrega que es necesario invertir para hacer el informe con mayor periodicidad y tener datos más certeros y actualizados.
“En el sector informal hay mucha rotación. Supongamos que en la primera parte un trabajador informal gana 100 pesos. Cuando le hacen la encuesta 6 meses después, ese trabajador está en otro trabajo y gana 200. Entonces el aumento de su salario fue de 100%. No es un aumento de salario, cambió de trabajo. Considerar ese dato seriamente es ridículo”, enfatiza el economista especializado en estadísticas.
"Alejado de la realidad"
"Lo del INDEC está alejado de la realidad. Ni por casualidad me aumentó tanto el sueldo", asegura Sandra, una acompañante terapeutica que factura como monotributista. “A mí las cosas me siguen aumentando y el aumento del sueldo no acompaña”, añade.
Está por cumplir 60 años, es informal desde 2020 y comenzó a facturar para arrimarse a los años necesarios para la jubilación. Trabaja siete horas por día y gana 650 mil pesos. En 2018 fue despedida de una metalúrgica, donde trabajaba como administrativa, en medio de un recorte de personal por la crisis. Luego trabajó en una empresa gráfica, pero la echaron apenas comenzó la pandemia. "Desde ahí que no pude reinsertarme en el mercado laboral formal, lo intenté pero no tuve suerte. A esta edad es complicado", lamenta.
“Compañeros que hoy trabajan de lo mismo y están en relación de dependencia ganan más que yo y tienen aguinaldo, obra social y vacaciones pagas. Vacaciones pagas que yo las tengo que pelear, no las tengo como derecho. La verdad es que no le encuentro ningún beneficio a la informalidad", resalta, desmarcándose de una tendencia que comienza a darse en algunos sectores como el de repartidores de comida, que agitan discursos con las supuestas bondades de la informalidad, anclados en la presunta libertad que eso les otorgaría.
A pesar de que las pérdidas salariales afectan a todos los trabajadores, aquellos registrados cuyos sueldos se rigen por una paritaria negociada por un sindicato le pelean mucho más de cerca a la inflación que los informales que además, como la propia Sandra destaca, no cuentan con derechos como aguinaldo, vacaciones pagas y cobertura médica, entre otros tantos. "Como monotributista me siento un paria, una máquina de trabajar sin derechos", remata.