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Desde Lima
Finalizado el Foro de Cooperación Económica Asia – Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés) en Lima, los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y de China, Xi Jinping, tuvieron un encuentro bilateral, al margen de este foro. Se reunieron en el hotel de Lima donde Xi se alojó para asistir a la cumbre de APEC. Fue una reunión bajo la pesada sombra de Donald Trump y lo que pueda hacer cuando regrese a la Casa Blanca. Trump ha amenazado con endurecer la guerra comercial con China y ha anunciado su intención de incrementar los aranceles a los productos de ese país.
Agenda limitada
Se abordaron temas como Taiwán y el apoyo de China a Rusia. Un Biden de salida y debilitado después del triunfo electoral de Trump no estaba en condiciones de arrancarle concesiones a Xi. Luego que ambos se dieron la mano, el presidente de China, bajándole el tono a las especulaciones de un incremento de la tensión entre ambos países con la llegada de Trump a la Casa Blanca, señaló que “el objetivo de China de una relación estable, sana, sostenible con Estados Unidos sigue siendo el mismo” y que “China está dispuesta a trabajar con la nueva administración estadounidense para mantener la comunicación, ampliar la cooperación y gestionar diferencias”. Biden le dijo a XI que si bien no siempre han estado de acuerdo, sus discusiones “han sido francas y sinceras”.
Después de la reunión que sostuvieron, Biden y Xi viajaron a Brasil, donde se volverán a cruzar en la Cumbre del G-20. Biden fue el último en llegar a la foto oficial que marcó el cierre de APEC y se ubicó, discretamente, en la segunda fila a un extremo. En contraste, Xi estuvo en un lugar central, en primera fila al lado derecho de la presidenta peruana Dina Boluarte, anfitriona de este foro.
Declaración
La cumbre de APEC, llevada a cabo bajo el lema “empoderar, incluir, crecer”, terminó con una declaración de intenciones sobre la promoción de la cooperación económica, el libre comercio, las inversiones y un “crecimiento sostenible”, pero sin acuerdos concretos relevantes. La “Declaración de Machu Picchu” habla de un compromiso “para lograr una comunidad Asia – Pacífico abierta, dinámica, resilente y pacífica para 2040”, pero sin adoptar acciones específicas en ese sentido. Centrada en apoyar el libre mercado, en la declaración se asume el compromiso de “promover la integración económica de la región de Asia y el Pacifico de una manera que esté impulsada por el mercado”. En el documento se mencionan, con frases genéricas sin aterrizarlas en políticas concretas, temas como inclusión social, empoderamiento de la población, o la importancia de la formalización y la digitalización de la economía.
Al cerrar el foro como anfitriona del evento, la presidente Boluarte dijo que lo más importante de APEC había sido el compromiso para “promover la transición a una economía formal y global", pero su gobierno no tiene políticas para avanzar en la formalización de una economía en la que la informalidad bordea el 80 por ciento y va en alza.
La falta de acuerdos concretos no es novedad en un foro económico creado en 1989 con el objetivo de tener un área de libre comercio entre los países que lo integran, pero que más de treinta años después no se ha conseguido. Las 21 economías que forman APEC representan el 62 por ciento del Producto Bruto Interno mundial, el 48 por ciento del comercio global y el 38 por ciento de la población del mundo.
El fantasma de Trump
El regreso de Trump a la Casa Blanca ha sobrevolado como un amenazante fantasma proteccionista sobre un foro económico centrado en impulsar el libre comercio. Ese proteccionismo que anuncia Trump juega a favor de China, que no ha dejado pasar la oportunidad para ganar espacio en posicionarse como abanderado del libre comercio entre los países de APEC. Una inversión de roles que ya se vivió cuando Trump llegó la primera vez a la presidencia, y de lo que se ha vuelto a hablar en estos días en los pasillos de la cumbre de APEC.
En lo que fue tomado como una respuesta a las propuestas de Trump, el ministro de Comercio Exterior de China, Wang Wentao, dijo que “obstruir la cooperación económica bajo pretextos de todo tipo y obstinarse en dividir al mundo ya interdependiente es dar marcha atrás en la historia”, y aseguró que en la política comercial “la apertura es un distintivo de la modernización china”. Anunció que China “lanzará más políticas de apertura voluntaria y unilateral y ampliará su red de zonas de libre comercio”.
En paralelo al foro de APEC se llevó a cabo un Foro Social Alternativo, en el que sindicatos y organizaciones sociales criticaron que en APEC “solo se habla de inversiones, no se habla de las implicancias sociales, laborales y ambientales”, y cuestionaron que el modelo de inversiones y de intercambio comercial que propone APEC “no se orienta a la industrialización, la diversificación productiva y la transformación tecnológica, lo que hace es reforzar el modelo primario exportador”, limitando a países como Perú a ser exportadores de materias primas.