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La canasta básica (CBT) de septiembre subió el 2,6 por ciento con respecto al mes anterior y una familia tipo necesitó 964.620 pesos para no caer en la pobreza, según los datos difundidos este jueves por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). A su vez, la variación mensual de la canasta básica alimentaria (CBA) fue de 1,7 por ciento de acuerdo a las cifras reveladas por el organismo liderado por Marco Lavagna.
La canasta básica alimentaria y la canasta básica total acumulan en el año incrementos del 78,1 por ciento y 94,6 por ciento respectivamente. Esto resultó en variaciones interanuales del 189,9 por ciento (en el caso de la canasta básica alimentaria); y de 202 por ciento si se evalúa la canasta básica total.
De esta manera, ambas canastas aumentaron menos que la inflación del mes de 3,5 por ciento, y por debajo de la inflación también en la medición interanual, de 209 por ciento y en el acumulado de 2024 de 101,6 por ciento. En agosto, estas mismas cifras habían sido del 4,4 por ciento (en el caso de la CBT); y del 3,9 por ciento en el caso de la CBA, lo que revela una desaceleración en ambos índices.
En este sentido, una familia de tres personas (una mujer de 35 años, su hijo de 18 y su madre de 61) debió tener ingresos por 767.950 pesos para no ser pobre y de 341.311 pesos para no caer directamente en la indigencia.
Por su parte, una familia tipo de cuatro individuos (un varón de 35 años, una mujer de 31, un hijo de 6 y una hija de 8) necesitó 964.620 pesos para no convertirse en pobre, y 428.720 pesos para no traspasar el umbral de la indigencia.
Por último, un hogar compuesto por cinco integrantes (un varón y una mujer, ambos de 30 años, y tres hijos de 5, 3 y 1 año) debió tener ingresos por un total de 1.014.568 de pesos para no caer en la pobreza, y 450.919 pesos para no pasar a engrosar el listado de indigentes en la Argentina.
En tanto, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) arrojó un aumento del 3,5 por ciento en septiembre, según datos del organismo. De esta manera, la inflación estuvo por debajo del 4 por ciento por primera vez desde enero del 2022, cuando marcó 3,9 por ciento, y sostiene la desaceleración tras la alta inflación que provocó la devaluación que impulsó Javier Milei a comienzos de gestión.
Mientras el gobierno festeja la merma de la inflación, aun a niveles altos comparados internacionlamente, la pobreza y la indigencia tuvieron un tremendo salto en el primer semestre del año, hasta alcanzar al 52,9 por ciento y 18,1 por ciento de las personas, respectivamente, de acuerdo al Indec. Se trata no solamente de números abrumadores sino que además implican un deterioro muy profundo respecto de los valores del 2023, cuando la pobreza era 40,1 por ciento y la indigencia 9,3 por ciento.