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Los beneficios laborales han dejado de ser un "extra" para convertirse en un elemento estratégico que otorgan las compañías para impactar en la satisfacción, desempeño y retención de los trabajadores. En 2024 se convirtieron en un item clave para paliar los efectos de la inflación, que si bien desaceleró lo hizo desde picos muy altos. Un estudio privado analiza cuáles fueron los beneficios económicos más valorados el año pasado y los desafíos para la agenda 2025.
Según la investigación de Great Place to Work® y Bonda, los beneficios adaptados a las necesidades reales de los trabajadores fueron cruciales para lograr culturas organizacionales sólidas y sostenibles en el tiempo, ante un contexto de estrés financiero para los empleados. Y lo seguirán siendo en 2025. La capacidad para aliviar preocupaciones económicas –como los altos costos de servicios esenciales- permite mejorar el bienestar financiero de los empleados y potenciar su compromiso laboral.
En 2024 la inflación fue de 118 por ciento según el Indec, inferior a la de 2023 (211 por ciento) pero todavía en niveles muy altos. Y otro elemento que mostró a favor fue la continua desaceleración desde el pico alcanzado en enero de 2024 luego de la fuerte devaluación de diciembre.
A su vez, la inflación fue relativamente menor que la suba de salarios el año pasado. Según las cifras de Indec el Índice de Salarios de la economía creció en promedio 145,5 por ciento. Cabe aclarar que si el índice de inflación es cuestionado por subrrepresentar los aumentos en los servicios, el de salarios no logra captar la heterogeneidad dentro de un mismo sector de la actividad.
En este contexto, el poder adquisitivo de los empleados siguió bajo presión el año pasado de acuerdo con el Reporte de Remuneración de Michael Page. “Esto generó insatisfacción en más del 50 por ciento de los colaboradores” señala el informe. Los datos oficiales confirman que no hubo recuperación sustanciosa en el poder de compra de los salarios.
En ese escenario con creciente estrés financiero “y con un 93 por ciento de los colaboradores reportando dificultades económicas”, los beneficios laborales tomaron un rol central en las estrategias empresariales, los trabajadores valoraron soluciones concretas que los apoyaran en su día a día.
En línea con el Ranking Bonda Top, estos fueron los beneficios más utilizados durante el año pasado: combustibles y transporte (los subsidios en combustible y cargas en SUBE lideraron las preferencias, especialmente en entornos urbanos donde los costos de movilidad son significativos), compras esenciales (descuentos en comercios diversos como blanquería, supermercados y delivery de comidas), indumentaria y moda (en especial beneficios en tiendas de deportes), gastronomía, belleza y salud (accesos preferenciales a perfumerías) y servicios esenciales (subsidios para servicios como internet, televisión por cable, telefonía y electricidad fueron los preferidos).
En este marco, el dato clave fue que un 68 por ciento de los colaboradores consideró fundamental que su empresa cuente con un programa de beneficios que los ayude a gestionar los gastos diarios. Estos “fortalecieron el compromiso y la conexión emocional con la organización”.
Según el informe conjunto de Great Place to Work y Bonda, en 2025 las empresas podrán optimizar su estrategia de beneficios atendiendo a una serie de condiciones. En primer lugar, la “personalización como norma”, es decir que las empresas que logren adaptar sus beneficios a las necesidades específicas de sus colaboradores se destacarán en el mercado laboral.
En segundo lugar, equilibrar los ajustes salariales con una oferta atractiva de beneficios será crucial. “En contextos de inflación y expectativas económicas cambiantes, los trabajadores valoran opciones que les permitan maximizar sus ingresos y reducir gastos esenciales”.
En tercer lugar, las empresas deberán “medir para mejorar”. Según releva el informe, “el 53 por ciento de las organizaciones señala que medir el impacto de los beneficios es su mayor desafío, mientras que la falta de presupuesto afecta al 24 por ciento de las empresas, y la comunicación deficiente y la falta de herramientas adecuadas afecta con un 12 por ciento cada una”.
En cuarto y último lugar, deben brindarse soluciones “prácticas y accesibles” para los trabajadores. Se estima que los beneficios centrados en resolver necesidades cotidianas como supermercados, servicios, salud y educación ganarán aun más protagonismo en 2025.