"Ciclón fantasma": En busca del hacedor de sustos 

hace 1 week 4
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Documental de Diana Cardini

CICLÓN FANTASMA 6 puntos

Argentina, 2024

Dirección: Diana Cardini.

Guion: Diana Cardini y Lucas Distéfano.

Duración: 67 minutos.

Estreno exclusivamente en Cine Gaumont y Espacios INCAA.

“Esa es la diferencia entre las casas del terror automáticas de Estados Unidos y las que hacemos acá. Esto funciona más porque sorprendés a la gente, las otras no tienen sorpresa”. Quien pronuncia las palabras, a poco de comenzada la proyección de Ciclón fantasma, es Fabián Orfano, escenógrafo, maquillador y especialista en efectos especiales que también dedica una parte de su tiempo profesional a la puesta en marcha de atracciones en parques de diversiones del país. El documental de Diana Cardini lo encuentra construyendo una de esas “casas del terror” en el Parque Luján, cuyos sets de madera laminada y telgopor y mobiliario de segunda mano recordará al espectador con varias décadas encima al infame “Laberinto del terror” del Italpark, con sus hombres disfrazados de momias y zombis golpeando rejas y corriendo a los clientes por pasillos angostos. Antes de anunciar la preferencia por el artesanado ante los precisos mecanismos hidráulicos, Fabián se queja por la escasez de unos centímetros de metal, verdadero ejemplo de esa popular frase argenta que afirma que todo puede atarse con alambre.

Ciclón fantasma, cuyo guion fue coescrito por la propia Cardini y el realizador Lucas Distéfano (Los hombres que sueñan con animales, Crimen de las Salinas), concentra su atención en ese hacedor de sustos y en otro habitante de la ciudad de Lujan, un hombre empeñado en la recuperación de huesos animales y otros artilugios pretéritos que pueden ser vendidos a un museo local o bien formar parte de su colección personal. Reinaldo también sabe imitar a la perfección el canto de los pájaros de la zona y comparte con Fabián la afición por el “cartoneo” intensivo: en el recorrido por los márgenes del río pueden hallarse elementos de mucha utilidad para sus actividades y oficios. En ambos casos, la excentricidad aparente no es otra cosa que una pasión que asimismo les permite parar la olla de manera, tal vez, poco convencional, pero efectiva.

Documental de observación puro, el registro de momentos cotidianos y posterior destilación en el proceso de montaje describe a los sujetos sin filtros ostensibles. En el fondo, se trata de un retrato particular de un ambiente y algunos de sus habitantes, ya sea al aire libre o en las atestadas habitaciones tenebrosas donde un grupo de jóvenes y una actriz se preparan para asustar a todo aquel que ose comprar un ticket. Allí están también los fieles que se apretujan en la entrada de la basílica neogótica a la espera de algunas gotas de agua bendita y, contrapunto pagano, la mujer que se hace leer las manos en busca de una confirmación vital. Temprano en la mañana o a la hora del atardecer, las clásicas sillas del teleférico de Lujan –no apto para personas con miedo a las alturas y a una simple traba como único elemento de seguridad– siguen girando sobre sus rieles mientras allí, a apenas unos metros de distancia, las campanas de la iglesia anuncian el horario de la misa.

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