¿Más especulación es recuperación?

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La economía argentina registró un repunte del 1,9 por ciento mensual en abril, recuperando casi toda la caída que había sufrido en marzo. Así lo reflejó el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) publicado por el Indec, en un contexto de fuerte heterogeneidad sectorial y tensiones latentes en el frente cambiario. Medida en términos interanuales, el crecimiento fue del 7,7 por ciento, una cifra que sólo se explica por la baja base de comparación del año pasado, cuando había impactado fuertemente la devaluación y las políticas de fuerte ajuste del gobierno. El consumo masivo sigue sin repuntar y el mercado interno se encuentra cada vez más polarizado.

El estancamiento de la demanda se explica por la debilidad del poder de compra de la población. Los salarios de los trabajadores registrados, privados y del sector público, perdieron en abril contra la inflación, por segundo mes consecutivo. Para los principales gremios del comercio, la industria, los servicios y la construcción, los sueldos achicaron su poder adquisitivo en el primer cuatrimestre en comparación con diciembre.

Volviendo a los datos del Indec, el nivel de actividad desestacionalizada quedó apenas por debajo del de febrero, pero se ubicó 4,6 por ciento por encima del piso que había dejado la administración anterior en noviembre de 2023. Fue, además, el segundo mejor registro desde junio de 2022.

De acuerdo con un informe de la consultora Econviews, los sectores que lideraron la recuperación frente a marzo fueron la Construcción (+3,4 por ciento), la Industria (+1,6 por ciento) y la Intermediación financiera (+1,5 por ciento).

El Comercio mostró un alza más moderada (+0,4 por ciento), mientras que otros sectores, como hoteles y restaurantes, continuaron en baja. “En el turismo se sigue sintiendo el atraso cambiario y el fuerte déficit de la cuenta viajes”, consideraron en informes de consultoras de la city porteña.

En términos interanuales, la economía creció 7,7 por ciento, el mayor salto desde junio de 2022, aunque influenciado por la muy baja base de comparación: en abril de 2024, la recesión había tocado su piso.

Los motores del crecimiento interanual fueron el Comercio (+15,6 por ciento), la Industria (+7,6 por ciento) y, en particular, la Intermediación financiera, con una expansión del 28,4 por ciento.

En los informes sectoriales, se mencionó que la caída de marzo había respondido, en buena medida, al clima de incertidumbre que se generó previo al nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que derivó en cambios en la política cambiaria.

Se mencionó que el nuevo régimen, con un tipo de cambio más flexible, ayudó a calmar las expectativas de devaluación. No obstante, el Banco Central sigue interviniendo en el mercado de futuros para evitar que el dólar supere el centro de la banda de flotación.

Según los consultores, el rebote de abril era esperable. Se mencionó que los indicadores adelantados ya mostraban señales de mejora en la industria, la construcción y las ventas. Además, se destacó el rol cada vez más relevante del comercio y del sector financiero en la estructura del PBI durante 2024.

Los datos de actividad económica reflejan que el nuevo modelo económico comienza a delinear ganadores y perdedores. Entre los más beneficiados figuran los bancos, que han ganado peso dentro del producto, y los sectores exportadores como energía, minería y agro, este último a pesar de la caída mensual registrada en abril.

En contraste, sectores intensivos en empleo como la industria y la construcción aún no logran recuperar los niveles de actividad ni de ocupación previos a noviembre del año pasado. El comercio, aunque viene mostrando signos de mejora gracias a un mayor acceso al crédito, todavía se encuentra por debajo de los niveles del año pasado. Mientras la actividad comienza a mostrar señales de repunte, el interrogante que queda abierto es si este crecimiento será sostenible o si sóolo responde a un rebote estadístico luego del pozo recesivo.

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