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Despedida al sumo pontífice
Con la presencia de figuras clave del Episcopado, este martes habrá una misa inter religiosa para honrar el legado de Francisco, el Papa que desafió a la Iglesia desde adentro.
La Catedral Metropolitana de Buenos Aires abrirá sus puertas este martes 22 de abril a las 16 para una celebración inter religiosa por el descanso eterno de Jorge Mario Bergoglio. El acto, encabezado por el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Marcelo Colombo, y el arzobispo porteño Jorge García Cuerva, será más que un homenaje formal: será un gesto colectivo de memoria, fe y compromiso con el legado del primer Papa latinoamericano.
La despedida de los Curas en Opción por los Pobres
El Grupo de Curas en Opción por los Pobres difundió una carta pública para despedir a quien, según afirman, “despertó al Concilio Vaticano II” y caminó al modo de Jesús, con los pies en la tierra y el corazón entre los más humildes. “Francisco fue uno de los últimos humanistas entre los líderes mundiales”, sostuvieron en un comunicado oficial.
Además, para los conocidos como "curas villeros", rezar por Francisco es también comprometerse con su legado: "Creemos que su testimonio no deben caer en saco roto. Su legado es un llamado a seguir andando al modo de Jesús".
Francisco, el Papa que habló desde el fin del mundo
Desde su aparición en el balcón del Vaticano, Francisco rompió con los moldes. Su nombre no fue casual. Eligió llamarse como el santo de Asís para anticipar el eje de su pontificado: una Iglesia sencilla, cercana, sin lujos ni solemnidades vacías.
En sus años como Papa, intervino en temas incómodos para el poder político y eclesiástico: la crisis climática, la migración forzada, la pobreza estructural, los abusos dentro del clero. Siempre con un tono pastoral, pero sin evadir los conflictos. Por eso, incluso entre quienes no compartían su fe, se ganó un lugar como referente ético en un mundo marcado por el cinismo.
Desde la periferia del mundo, elevó la voz por quienes nadie escucha. Y su testimonio, más allá de los discursos, dejó un rastro en cada gesto cotidiano: visitar cárceles, lavar los pies a migrantes, convocar a un pacto global por la educación, escribir sobre la fraternidad como principio político.