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Como se veía venir, la semana pasada continuó con el ritmo de la anterior, y los acontecimientos no dejan nunca de sorprender. En Argentina sigue pasando de todo: difundieron nuevas imágenes de la ex primera dama Fabiola Yáñez golpeada, se publicaron más chats del expresidente Alberto Fernández y no cesó el ataque a Tamara Petinatto, además de los bolonquis en el Congreso, de que tenemos a un diputado provincial ligado a La Libertad Avanza acusado por tráfico de pornografía infantil que se ha fugado y de tantas otras noticias de gravedad que deberían competir por las primeras planas. Dejemos la actualidad para otro momento porque hay un tema que necesito compartir con ustedes.
A veces preciso escribir sobre temas que no duelan tanto, que me traen alegrías. No me gusta ser autorreferencial, pero lo que me pasó esta semana lo amerita: ¡me gané un Martín Fierro Digital! En plena conducción de mi programa Intrusos del espectáculo apenas unos días atrás, un compañero me había comunicado que estaba nominada a los Martín Fierro Digital en la categoría Girl Power. ¿Qué? ¿Cómo? No tenía la más pálida idea de que había sido nominada. Me encantó el nombre de terna, Girl Power, tampoco sabía qué implicaba, pero sonaba poderosa. Para quienes no están al tanto, los MF Digital destacan el trabajo en medios digitales de influencers, periodistas, tiktokeros, celebridades, modelos, humoristas, conductores, etc.
Me sorprendió por completo la noticia ¡les juro que no podía creerlo y la felicidad fue enorme! No sé por qué, quizás porque siento que el de las redes no es mi mundo, que la gente me conoce más por el teatro o la televisión. En fin, llegó el lunes, día de la entrega de premios y ¡hacía un frío que se te congelaba la sangre en las várices! Me monté en un estupendo conjunto negro y partí camino a la ceremonia. No saben lo que era esa hermosa jungla de gente creadora de contenidos tan diversos. A muchxs les conocía la cara, pero no sabía sus nombres: varixs de ellxs eran protagonistas de videos virales, los típicos que compartimos todxs. Capítulo aparte para los atuendos de lxs cosplayer, eran impresionantes.
La ceremonia fue muy similar a la tradicional, solo que sin Susana y Mirtha Legrand. Esos roles en esta entrega los ocupaban Migue Granados, de Olga, y Nico Occiatto, de Luzu, ambos sentados en las principales mesas, separados por la alfombra roja. La ceremonia fue muy amena, algunxs de los premiadxs fueron Julieta Poggio, Paulina Cocina, Connie Ballarini, Luquitas Rodríguez, Dr Facu Pereyra, Gastón Edul, Soy Rada, Caro Pardíaco y Migue Granados entre otrxs.
Mi categoría se hizo desear: después de una hora y media de ceremonia, llegó el bendito momento y la conductora Cande Rugeri anunció la terna Power Girl. Las nominadas éramos la Lic Cecilia Ce, la cuenta de Melisa Pereyra, Gineconline, Agus Cabaleiro (on line mami), Galia Moldavski y yo. Los nervios que sentía eran enormes, Lizardo Ponce sostenía mi mano, Sofi Jujuy me filmaba y mi corazón latía a mil por hora. Finalmente anunciaron que había ganado yo. Mi cara de sorpresa lo dijo todo, Lizardo me dio un fuerte abrazo y mientras caminaba hacia el escenario con mis piernas que temblaban como jirafa recién nacida, me acordé de que no había preparado nada, la verdad es que no imaginaba que fuera a ganarlo. ¡Había que hablar después del discurso de Ian Moche, el niño homenajeado por su aporte en redes sociales sobre el espectro autista! Sus palabras habían sido impecables y solo ¡tiene 11 años! Aunque no parezca, soy muy tímida, comencé a agradecer, lo quise compartir con mis compañeras de terna y dije sin pensar demasiado: “Este premio se lo dedico a mi comunidad. Gracias por acompañarme, lo valoro mucho porque mi cuenta es un embole. Este no es mi mundo, pero creo que en este momento donde hay muchísima hostilidad con la diversidad, con las personas trans, con todo lo que tiene que ver con lo diferente, esto es muy importante. Es muy importante tener este nicho. Me da esperanza. El futuro es diverso e inclusivo”. Ahora que la violencia en redes sociales hacia las personas trans ha crecido de manera alarmante, los mensajes transodiantes son perpetuados desde lo más alto del poder político, tenemos que esta atentxs y luchar contra esto. Yo sigo convencida de que el amor le va a ganar la batalla al odio.
Quiero aprovechar este espacio para pedirme perdón a mí y a todas las personas que me siguen. Lo cierto es que aunque me haya criado en otro medio, el digital también es mi mundo: soy parte de las redes sociales y tengo una comunidad de más de 4 millones de seguidores en Instagran, X y Tiktok. Decir que soy un embole es desmerecer mi trabajo, sería un embole si me comparara con las cuentas que hacen humor o comedia. Reducir mi labor solo a eso es menospreciarme y soy consciente de que quizás lo que yo hago va a un nicho más pequeño, pero no menos importante. La cantidad de mensajes que me llegaron de felicitaciones y agradecimientos por el premio, por mi lucha y mi voz, me superó. Mientras escribo no puedo contener las lágrimas. Es hermoso mi trabajo, como la nominación Girl Power: mujeres que salimos adelante, que educamos desde nuestra libertad, luchas y conquistas, que empoderamos al resto. Sé que mi aporte es un grano de arena en medio de un mar de desigualad, pero lo hago desde lo más profundo de mi corazón. Para terminar, voy a compartir una frase de Martin Luther King: “No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos”. Si mis cuentas sirven para despertar diálogos donde hay silencios, entonces agradezco estar tejiendo nuevas redes en este mundo.