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Los pasillos de las escuelas secundarias porteñas están movilizados ante una posible reforma de cara al año 2025. Aunque todavía no hay anuncio oficial, entre directivos, profesores y estudiantes comenzó a circular en las últimas semanas un documento enviado internamente por el Ministerio de Educación que plantea encarar una transformación en algunas escuelas piloto con base, entre otros puntos, en la "integración de los aprendizajes" y en trayectorias de "avance continuo". Centros de estudiantes y gremios docentes sostienen que eso podría traducirse en un retorno a la virtualidad para determinados contenidos no priorizados y una compresión horaria con consecuencias en los puestos laborales, además de modificaciones en el sistema de repitencia.
El documento comenzó a circular entre las comunidades educativas a fines de agosto. Se titula "Secundaria Aprende" enmarcado en el "Plan Estratégico Buenos Aires Aprende" lanzado por el Ministerio a fines de mayo y propone transformaciones en torno a la estructura del sistema. No especifica, por el momento, ninguna medida concreta sobre cómo se llevarán a cabo las transformaciones: aún no están resueltas esas decisiones. Algunos de los conceptos y términos utilizados en el documento, sin embargo, dejan entrever las orientaciones generales.
El punto de la "integración de los aprendizajes" fue el que más preocupó en algunas comunidades educativas. No tanto por planteos de corte interdisciplinario como generar espacios de proyectos temáticos con vinculación entre materias, sino por la posibilidad de incorporar el concepto de "aprendizajes fundacionales". Advierten que el objetivo sería priorizar algunas asignaturas como matemática o lengua por sobre otras para generar trayectorias educativas "personalizadas". En el documento aparece el concepto de "autonomía estudiantil" orientado a que los y las alumnas tengan cierta libertad para definir sus trayectorias educativas a partir de "materias electivas".
La conexión de esto con otro punto del documento provocó aún más preocupación. Se trata de la transformación digital para el aprendizaje: propone que las "experiencias" de los y las estudiantes "estarán mediadas de manera progresiva por tecnologías digitales y aplicaciones de inteligencia artificial ampliando los límites espaciales y temporales del aula". Según reconstruyó Página/12 en base a testimonios de diversos docentes de secundario, en algunas escuelas incluso se llegó a plantear la posibilidad de que las materias no priorizadas se dicten de manera virtual y asincrónica. ¿Qué pasaría, en ese caso, con el rol de los docentes al frente del aula?
Desde el gremio Ademys alertaron sobre la posibilidad de la aparición de la figura de "materias satélites" por fuera de las prioritarias, "las cuales se fusionarán en talleres areales optativos". Esto implicaría, sostienen, una "reducción de la cantidad de docentes por escuela", además del "regreso a la virtualidad con un porcentaje de entre 30 y 50 por ciento en las materias satélites". El gremio llamó a un paro del nivel secundario para el próximo 18 de septiembre.
UTE-Ctera planteó sus preocupaciones ante la posible reforma, aunque sí participó de reuniones sobre el tema con la ministra de Educación, Mercedes Miguel. Tras un encuentro del pasado 4 de septiembre, desde el gremio informaron que allí se planteó "la necesidad de una comunicación oficial que dé claridad", así como del "mantenimiento de los mismos espacios/materias y carga horaria" de la cursada "presencial exclusiva" y de que "no haya pérdida de puestos de trabajo".
La Corriente de Trabajadores de la Educación (CTE) de UTE manifestó el rechazo a la reforma "sin consultar a las comunidades". "Como en el Siglo XIX se pone foco en lengua y matemática como si fueran las únicas asignaturas en las que se enseña a comprender y producir textos, reflexionar, llegar a pensamientos lógicos y abstractos", advirtieron.
Luego de las discusiones generadas por la difusión del primer documento, llegó a las casillas de correo de los colegios otro e-mail de la cartera educativa intentando poner paños fríos a la cuestión. Allí se informa que los cambios todavía están "en proceso de construcción" y que "continúan elaborándose y enriqueciéndose en función del proceso participativo". El jueves de esta semana el Ministerio informó que "directivos, supervisores y coordinadores de área de nivel secundario se reunieron para continuar trabajando en el proyecto".
Según pudo saber Página/12 el cronograma de la "discusión" seguiría en la jornada institucional programada para finales de septiembre, mientras que se espera la realización de un taller abocado al tema en noviembre. En cualquier caso, la reforma no se aplicará a todos los colegios a partir de 2025 sino que se haría en algunas "escuelas piloto" de la ciudad. El punto de la elección de esos establecimientos también es álgido. Aunque se plantea que habrá voluntariedad de parte de los colegios que quieran participar, comunidades educativas de diversos colegios comienzan a organizarse para rechazar la elección de sus escuelas como "piloto".
Es el caso del Lengüitas, donde este viernes se realizó un abrazo simbólico convocado por la recientemente conformada Asamblea de docentes y familias contra la reforma educativa. En el Liceo N°5 hubo una jornada de protesta en el mismo sentido el pasado lunes y durante la semana se sumaron actividades contra la reforma en colegios como los liceos N°2 y 12, los comerciales N°5, 19 y 22, el Normal N°4 y en la escuela N°9 Benito Quinquela Martín.
Otro aspecto que aparece como una incógnita en la reforma propuesta es el de la repitencia. El enfoque puesto en el "avance continuo" y en las "trayectorias personalizadas" de los estudiantes, parece tender a ir hacia un enfoque similar al que aplicará desde 2025 la Provincia de Buenos Aires a partir de la decisión de eliminar la repitencia por bloque anual para pasar a un esquema de repitencia o intensificación por materia desaprobada.
En el documento de Ciudad se habla de pensar en trayectorias educativas por "niveles de desempeño" y "sin estar condicionadas por la acreditación y promoción anualizada y por curso". No se especifica, sin embargo, cómo se llevaría esto a la práctica. Como con el resto de los ejes propuestos en la "reforma en construcción", habrá que esperar a la oficialización de las modificaciones para saber de qué manera llegarán a las aulas. Mientras tanto, los pasillos seguirán movilizados.